El sábado 21 de marzo, el famoso pedagogo italiano Franco Nembrini, autor de ‘El arte de educar, de padres a hijos’, visitó San Martín de la Vega para introducirnos en la fascinante y difícil tarea de la educación. Nos puso delante la existencia del deseo de nuestro corazón, que está hecho para el infinito, ¡para volar! Nos dijo que “hijos, padres, profesores... todos tenemos el mismo deseo sin excepción, y lo primero de todo es despertarlo y avivarlo, para que llegue a su realización”.
Relató qué cuando su hijo le miraba, sus ojos le decían: “Dime que la vida tiene sentido, un destino". Eso es la educación, introducir y acompañar en la vida para encontrar y gozar del sentido y destino de la misma. En este camino, uno se hace compañero de la libertad, la paciencia, y la misericordia, porque sólo podemos enseñar a volar ¡volando!
Mirando y escuchando a Franco Nembrini, uno toca su certeza y su experiencia, y sabe que es posible y real educar así. La cuestión no es cómo pueden cambiar los demás, o cómo puede cambiar el mundo, sino la certeza de que, cambiando yo, ¡cambia todo!
