movimientos2estewebEl sábado 8 de marzo, organizado por la Delegación diocesana de Apostolado Seglar, en la casa de espiritualidad Nuestra Señora de los Apóstoles de Cubas de la Sagra, tuvo lugar el III Encuentro diocesano de Movimientos y Asociaciones laicales, al que acudieron unas setenta personas, representantes de 14 movimientos presentes en nuestra Diócesis.
 
Fue una jornada de trabajo y convivencia en la que, con ayuda de nuestros Obispos (D. Joaquín María por la mañana y D. José por la tarde) y del delegado episcopal para la Gran Misión, P. Héctor, reflexionamos sobre lo que nos está pidiendo la Iglesia cuando el Espíritu suscita en nuestro Obispo la convocatoria de esta Gran Misión.
 
La oración de laudes al comienzo del encuentro y la Eucaristía conclusiva enmarcaron esta jornada que tuvo dos puntos centrales: la profundización sobre lo que es la misión evangelizadora de la Iglesia en una Diócesis como la nuestra, con una ponencia del P. Héctor, tras la introducción de D. Joaquín, con el posterior trabajo por grupos sobre las dificultades, las oportunidades y los retos que perciben las realidades asociadas, así como una lluvia de ideas preliminar sobre la eventual realización de un gesto misionero conjunto, y el diálogo con D. José sobre la pertinencia de la Gran Misión Diocesana analizando las propuestas contenidas en Exhortación Apostólica Evengelii Gaudium y el reciente diálogo con el papa Francisco de nuestros Obispos durante la visita “ad limina”.
 
Encontrar y reconocer en los otros la pertinencia de la fe en el mundo actual, la belleza de la convivencia de los diferentes carismas, el abrazo con amigos hechos en anteriores encuentros, y el clima de serena alegría que se respiraba nos hicieron salir de allí con el corazón más grande, conscientes de que la llamada a la misión, que forma parte de la esencia cristiana que nos empuja a contar lo que nos ha sucedido, y a proponer, en los próximos meses las acciones que llevaremos a cabo durante los meses de la Gran Misión.
 
En definitiva, una jornada que nos ha ayudado a dar un paso más en la comunión diocesana, porque permite un diálogo abierto, libre y gozoso entre nosotros y con nuestros Obispos.