chilewebSoy Ana Isabel, una orgullosa misionera de la Diócesis que durante este mes de julio ha seguido la llamada de Cristo a entregarme por cada una de las personas que me he ido encontrando en nuestra experiencia en Chile.


Nada más llegar lo primero con lo que me encontré fue con la Iglesia: es impresionante ver cómo otra Diócesis te acoge y te cuida como una madre. Me di cuenta de la gran suerte que tengo de poder formar parte de ella, de todo lo que recibo de Dios gracias a la Iglesia.
Con el paso de los días, el grupo de misioneros –once jóvenes de la Diócesis de Getafe y un sacerdote- fuimos desarrollando nuestra actividad misionera: ir de casa en casa hablando de Dios y ayudando como podíamos a sus necesidades espirituales y humanas. Descubrí que Dios es detallista, que piensa en cada uno de sus hijos, que no nos abandona y siempre se hace presente, incluso en medio de la pobreza, la soledad o la enfermedad.
¡Qué afortunada soy de haber recibido el don de la fe!