Francisco Javier –Patxi- Bronchalo, vicario en la Parroquia Asunción de Nuestra Señora, en Valdemoro, ha participado como joven y como sacerdote en la Jornada Mundial de la Juventud, con el santo Padre Francisco, en Cracovia. A través de su Facebook hemos podido seguir y compartir sus experiencias. Días intensos de fe, de convivencia, de cansancio, de oración y sobre todo de muchos frutos.
Si queréis conocerlas sólo tenéis que seguir leyendo
Día 15. Casa
Hola desde mi cama en Valdemoro. Descansando y con una mezcla de muchos recuerdos de estos días que me traen sentimientos buenos. Aquí he llegado hace un ratito, después de poner el pie en nuestro pueblo y de los besos y abrazos de despedida. La JMJ ha concluido...
Esta mañana amanecimos en el santuario de Montserrat, con tiempo de sobra para visitar a la Virgen y rezar un rato. Momento para nuestro autobús de escuchar testimonios de lo vivido estos quince días. Me hace bien, me enriquece escuchar a los chicos. Con sencillez me recuerdan el amor primero de Dios también en mi vida. Hay quien dice que los jóvenes no sirven, que el cristianismo muere. No han venido con nosotros, sin duda.
Misa de despedida, hoy con nuestro Obispo D. Joaquín. Me sigue impresionante que continúe con nosotros. Os prometo que llevamos un ritmo muy fuerte. ¡Incansable! Lo prometo. De hecho ya nos ha convocado para este viernes volvernos a ver todos otra vez. Rezaremos juntos y, más limpios y reposados, volveremos a compartir lo vivido en estos quince días jotaemejoteros.
Más de 700 kilómetros por 8 países de Europa. Más de 600 peregrinos de la Diócesis, unidos a los 50.000 de España, junto a los 2 millones (es eso? Aún no he mirado cifras) en el encuentro con el Papa. De parroquias y movimientos muy distintos. Con lluvia y con calor. En bus y en tren. 15 días para no olvidar jamás. Cristo pisa fuerte y deja huella. Con Él nosotros también.
La JMJ termina, por delante ¿Panamá? Quién sabe... De momento, como dice el Padre Josema, no estamos Pa Na Más
Lo que es seguro es que el camino a la santidad continúa. Y ese es apasionante. Vivir con Cristo en la Iglesia es apasiónate. Soy feliz. No me cambio, ni cambio ser sacerdote por nadie. Cada uno en nuestro sitio... ¿Qué vendrá en el futuro? No lo sé. Serán otras historias, quizás pueda compartirlas con vosotros en otro momento.
Muchas gracias por vuestros mensajes y oraciones. He querido transmitir lo bello vivido y, sólo espero que, ojalá haya podido mostrarlo un poco.
Que descanséis mucho, y bien, y tranquilos. Vuestros nombre están escritos en el cielo. Y con tinta indeleble.
Dios os bendiga.
Día 14. Friburgo -Montserrat
Hola desde la parte de arriba de mi litera en el Santuario de Montserrat. Esto está llegando a su fin, pero hacemos una última parada para encomendar a la Virgen lo vivido estos días.
Os cuento que ayer finalmente tuvimos cambio de rueda y pudimos reanudar nuestro viaje. A las 3.00 horas estábamos llegando a nuestro alojamiento en Friburgo, Suiza, derechos al saco de dormir para ídem.
Hoy Misa prontito y salida en bus again para cruzar Francia de lado a lado. D. Joaquin, que es incansable y que con su vida nos enseña mucho lo que significa eso de la entrega, nos acompaña toda la mañana. Llegada, ubicación en cama (alguno hoy también les tocaba suelo) y a rezar juntos ante la Virgen de esta montaña.
Llevamos dos días, ya veis, de mucha tralla y poco sueño, de salir pronto, llegar tarde y pasar el día encajonado en el asiento. Nos acompañan cantos, almohadas y pelis de La Jungla de Cristal. La vuelta de la JMJ tiene estas cosas.
Hoy estoy muy impresionado y he aprendido una enorme lección de los chicos. No van quejosos y arrastrados, no nos echan en cara el cansancio acumulado, no pierden la fuerza interior. Entiendo aquello que dice el Evangelio de hacerse como niños, y hoy le pido a Dios que cuanto más crezca tenga un corazón joven como el que muchos de ellos tienen. Aprendo.
Y mañana despedida. Llegamos a nuestras casas después de 15 días intensos y bonitos.
Hasta entonces, que nuestra alegría no se quede en llegar y descansar tras un largo día de vuelta en bus, mejor estar contentos de saber que nuestros nombres están escritos en el cielo.
Dios te bendiga
Día 13. Una gasolinera en Alemania
Hola desde la hierba verde al lado de un Mc Donalds en una gasolinera en algún lugar cerca de Nuremberg, en Alemania.
¿Qué hacemos aquí? ¡Nuestro bus ha pinchado! Ya lo cantamos cada día: ¡cómo el bus 1, no hay ninguno! No perdemos el ánimo, algo bueno sacamos aquí. Hemos tenido un tiempo bonito de catequesis juntos, contando experiencias vividas el fin de semana. Cansados pero contentos. Tampoco nos faltan hamburguesas y patatas fritas.
Hoy hemos amanecido en Praga, ¡en nuestra camita de hotel! Las cinco o seis horas dormidas (según el remoloneo) han sabido a escasa gloria, pero gloria al fin y al cabo. Misa juntos en la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, con una prédica muy buena y épica del cura Tin. En estos días de vuelta y mucho bus es importante mantener la tensión, Dios puede hacer milagros hasta el último momento en el que cada uno de nosotros pise tierra en su ciudad.
Presta preciosa y la visita fugaz. Nota mental: me encantaría volver aquí más despacio; peregrinar es esto, como Israel en el desierto, ¡no hay sitio donde reclinar la cabeza! Bueno si... en el bus, ¡dormimos muchos estos días!
Y en ese autobús hemos llegado hasta esa gasolinera. Aquí seguimos, no sabemos hasta cuando. Nos espera Friburgo, en Suiza, y uña seis horas de camino por delante. Peregrinos alegres de Valdemoro.
Esperamos llegar esta madrugada, y mañana salir camino del Santuario de Montserrat.
Hasta entonces, no pongamos la alegría en llegar a algún sitio está noche (¡que es lo que sale!), estemos alegres, lleguemos o durmamos en bus nuestros nombres están escritos en el cielo.
Día 12. Campo de la Misericordia - Praga
Hola desde mi cama de un hotelito de Praga. Hasta aquí hemos llegado hace un rato en bus después de haber terminado el encuentro con el Papa celebrando la Eucaristía con él.
Hoy especialmente os diría que mirarais la foto. Dice más de lo que yo puedo poner aquí. Así estamos, agotados y felices por lo vivido este fin de semana en el Campo de la Misericordia.
Era pronto, muy pronto aún, cuando los curas nos dirigíamos camino de nuestra zona para concelebrar. Después de un pequeño control (que ha servido para que mi bombonita del camping gas fuera requisada) hemos llegado a nuestro lugar para recoger la casulla y esperar al Papa.
Los jóvenes no se han levantado mucho más tarde, aquí nada más salir el sol (y esto es antes de las 6.30 horas) era difícil pegar ojo y era un espectáculo ver cómo todos estaban doblando sacos y buscando sitios cerca de las pantallas y las vallas, en espera del Papa.
A eso de las 9.15 horas ha llegado, y ha querido recorrer el perímetro saludando a todos. Una locura.
Y una Misa preciosa la que hemos celebrado. El coro sonaba precioso. El Papa nos ha hablado de Zaqueo y sus complejos de estatura y relación con la gente para animarnos a aceptar lo que somos, mirar a Dios y salir a cambiar el mundo. Tomamos nota. Es muy enriquecedor todo lo que ha dicho estos días y habrá que rezarlo y ponerse a ello a la vuelta.
Por cierto, próxima parada jotaemejotera: ¡Panamá! Podemos ir pensando detalles de peregrinaje allí. El anuncio lo ha hecho el Papa al final de la celebración, para entonces nosotros ya estábamos camino de los autobuses; que mejor salir pronto, pues esto colapsa con tanto peregrino.
Y ahora en hotelito para que podemos descansar del fin de semana, pues quedan aún tras días de vuelta que serán intensos. Mañana estaremos por Praga y pondremos rumbo a Alemania de nuevo. Otra historia. Tendrá que ser contada en otro momento.
Hasta entonces, que nuestra alegría no se quede en ver pasar al Papa y escuchar sus palabras, ni tampoco en ir pensando cómo ir a Panamá. Estemos alegres porque nuestros nombres están escritos en el Cielo.
Dios te bendiga.
Día 11. Campo de la Misericordia.
Desde mi trozo de suelo con vistas a las estrellas del Campo de la Misericordia, en Cracovia. Hace un rato que ha terminado la Vigilia con el Papa. Ha sido espectacular. Y vengo de dar un paseo alrededor de todo este enorme recinto. Os cuento...
Es difícil describir lo que es esto. Bien podría definirse la JMJ como "la Iglesia". Gente de todos los países, de todos los carísimas y movimientos que se os ocurran. Y más. Todos compartiendo juntos, animando juntos, rezando juntos. Cuando escucho que la Iglesia está muerta, que sólo es para ancianos con miedo a la muerte, pienso que habría que venir aquí a ver esto para poder hacer un juicio acertado. ¡Esto no es comparable a nada! Y da una alegría inmensa ver a la Iglesia viva.
Para que os hagáis una idea... Estamos en un campo enorme, con un escenario gigantesco, lleno de pantallas y altavoces, y mires donde mires... jóvenes, jóvenes, jóvenes. Todos contentos. Y ninguno está borracho. De verdad. Lo prometo.
Llegar hasta aquí nos ha costado larga caminata, ¡casi nos quedamos fuera de nuestra zona! Menos mal que la picaresca aprendida en el seminario nos ha ayudado a colarnos disimuladamente, ¡querían recolocarlos muy lejos!
Hemos llegado a tiempo justo para ver al Papa llegar y empezar la Vigilia. Testimonios impactantes, especialmente el de una joven Siria que convive cada día con las bombas y disparos. Música preciosa. Las palabras del Papa han venido al pelo. Nos ha puesto a rezar juntos y nos ha recordado con mucha fuerza que no podemos ser cristianos acomodados. Que no seamos cristianos atontados, decía, ante el asombro de los más empanados.
Pero lo más impresionante ha sido el momento de la exposición del Santísimo. ¿Cuántos somos? ¿Un millón? ¿Millón y medio? ¿Dos? Os puedo prometer y prometo que se masticaba el silencio. Estremecedor. Todos de rodillas, no se oía nada. Me ha ayudado mucho, y estoy convencido de que a muchos también, porque sólo cuando el silencio es muy grande es posible escuchar la voz de Dios.
Mañana se madruga mucho, vuelve el Papa, Misa con él... ¡Todo bien! Pero esas son otras historias, mejor contarlas en otro momento.
Hasta entonces, ojalá que nuestra alegría no se conforme con saber lo grande y bella que es la Iglesia, no nos quedemos en el discurso precioso del Santo Padre que hoy hemos escuchado. Estemos alegres porque nuestros nombres están escritos en el Cielo. Tengo un trozo de Cielo cerca, al lado de donde duermo hay una capilla con exposición toda la noche. Voy ahora. Y luego a dormir.... Zzzzzzzz.
Día 10. Divina Misericordia - ViaCrucis
Hola desde mi esterilla-camita en el suelo del cole de Bochnia. Hoy es especialmente tarde, acabamos de ducharnos después de llegar de Cracovia, donde hemos tenido nuestro primer encuentro con el Papa en el Vía Crucis. Día precioso. Os cuento.
Por la mañana Misa antes de salir de la ciudad. Viene bien ponernos las pilas espirituales antes de salir, y las homilías suelen tener aquí una línea muy potente y cañera para que despierte y reflexione el alma.
Misa terminada, bolsa de comida con el bollo de queso y rábano habitual para comer y cenar y rumbo a Cracovia. Hoy en tren. Ya no hay quien entre en bus, la ciudad está a rebosar de peregrinos y nos piden que usemos sólo transporte público.
Hoy toca seguir las huellas de Santa Faustina Kowalska y peregrinar andando al santuario de la Divina Misericordia. Al llegar comprobamos que, efectivamente, mires donde mira sólo hay peregrinos con sus mochilas de colores y banderas. Rezamos en medio de la aglomeración a la Santa, le pedimos tener mente y corazón abiertos a los que el Papa va a decirnos en esta JMJ.
Comida express y tranvía (si, aquí van en tranvía) rumbo a Cracovia. Mucha marcha en los cantos en todos los idiomas que oímos mientras recorremos nuestro camino. A nosotros se nos oye muy bien, y hasta tenemos alguno propio como ese dedicado a nuestro Obispo: "Cuantos bienes nos ha dado Don Joaquín". Me encanta nuestra Diócesis.
Llegamos al parque de Bolnia, para esperar al Papa que viene a presidir el Viacrucis. Nervios. Envían. Radios preparadas para escuchar simultáneamente la traducción (los polacos han pensado en todo). Y por fin... ¡El Papa!! Todos estallamos. ¡Cuánta alegría!
El Vía Crucis... Una maravilla. Unos textos preciosos que nos han ayudado a comprender los obstáculos que ponemos a la vida que la gracia de Dios quiere hacer en nosotros.
Las palabras del Papa... Emocionantes. Sencillas y profundas, provocando a nuestras vidas. Me ha gustado especialmente el miéntenos en que con mucha fuerza ha hablado de que el cristianismo no es un conjunto de ideas, que hay que predicar con la vida, si no nada sirve. Y ha sido muy grande el momento en el que ha recordado aquella bonita frase de Madre Teresa: "el quebró vive para servir, no sirve para vivir". Es un texto para leer y releer despacio, a la vuelta.
Que aún queda mucha emoción. ¡Mañana es el gran encuentro en el Campo de la Misericordia. La Vigilia con Francisco nos espera. Ya sabes: es otra historia, habrá que contarla en otro momento.
Hasta entonces, pido que nuestra alegría no se quede en el ambientazo cracoviano, o en haber podido por fin ver a Francisco. Todo eso es genial. Pero estemos alegres porque, verdaderamente, nuestros nombres están escritos en el cielo.
Dios te bendiga.
Día 9. Zacopane.
Hola desde mi trozo de suelo de Bochnia, cerquita de Cracovia. Quizás hayáis visto al Papa por la tele hoy en Czestokova y Cracovia, nosotros aún no... Estaba ahora leyendo sus discursos, me sigue impresionando su sencillez y a la vez su profundidad. Lo toca y remueve todo, es difícil quedar indiferente ante su mensaje. Si no lo estáis haciendo ya, recomiendo seguir sus palabras.
Nosotros hoy hemos estado en la ciudad de Zacopane, un par de horas de tranquila oración y valioso sueño. Aquí venía mucho San Juan Pablo II cuando era sacerdote para descansar, rezar y enseñar a sus amigos jóvenes de la parroquia. Los montes Tatra, que rodean la ciudad, le servían para dar largos paseos donde cultivaba sus amistades y encontraba la paz de Dios.
¡Nosotros también hemos paseado por las montañas después de haber subido cantando como descosidos en un auténtico mono rail! Y una pasada compartir juntos un rato de oración y testimonios de lo que nos está ayudando en esta JMJ. Nos ayudamos unos a otros, nos vamos haciendo familia. Hay que tener estos momentos de parar, es mucho lo vivido y, de no hacerlo, se corre el riesgo de pasar por la JMJ sin que la JMJ pase por tu. Sólo me sale decir aquello de: ¡qué bueno es Dios y qué grande la Iglesia!
Vuelta a Bochnia y merecido descanso en la parroquia. Oración. Vísperas. Cena. Duchas bajo la lluvia. Risas. Completas. Sueño. Estamos molidos pero felices. Y mañana por fin la Diócesis de Getafe veremos al Papa en las calles de Cracovia. Será en el Vía Crucis, pero es otra historia, mejor contarla en otro momento.
Hasta entonces, no pongamos nuestra alegría simplemente en haber pasado un día genial (que lo ha sido), ni en lo que vendrá mañana (que promete serlo). Alegrémonos porque nuestros nombres están escritos en el Cielo.
Dios te bendiga.
Día 8. Kalvaria - Wadowice - Auswitch 
Hola desde mi esterilla en el suelo del aula de música de un colegio en la ciudad polaca de Bochnia. Hoy es el día en que el Papa ha llegado a Cracovia y, en su primer discurso, ha pedido a los jóvenes que esta noche "hagan lío". No sé si se refiere a que pasen la noche en oración o a que lo hagan entre gritos y cantos, pero os aseguro que los jóvenes de Valdemoro que están en la habitación de al lado cumplen a la perfección la segunda forma de lío.
Hemos dedicado la mañana a seguir las huellas de San Juan Pablo II en su infancia y juventud. Kalvaria es un santuario ante cuya imagen de la Virgen él rezo muchas veces, allí descargó mucho agobios ante la Madre. Nosotros también.
Allí llegaba peregrinando desde Wadowice, la ciudad que le vio nacer. Hemos descubierto su casa justo al lado de la parroquia (¡era imposible que pudiera llegar tarde un solo día!) en la que recibió los primeros sacramentos. Karol Woytila, un joven alegre y entusiasta de una parroquia de un pequeño pueblo polaco, es modelo cercanísimo para nosotros. Y ante la pila bautismal donde empezó a ser cristiano hemos rezado juntos el Credo. Nosotros también queremos ser santos, más aun después de escuchar al Padre Fernando decir que los santos son los que han vivido su Bautismo. Hasta el final.
Por la tarde hemos recorrido el campo de concentración de Auswitch. Es duro. Es estremecedor. Se nota, aún más de setenta años después, un ambiente raro. Con Rosarios y cruces en la mano hemos caminado entre los barracones, aprendido las atrocidades que allí se cometieron, rezado a San Maximiliano Kolbe y Santa Edith Stein, que entregaron allí su vida.
Me viene el pensar una vez más la mucha necesidad que tenemos de Evangelio. Auswitch no es más que una expresión horrible del intento de construir una sociedad sin Dios por parte de los nazis. Sin Dios todo se deshumaniza, más deprisa o más despacio. Que estas cosas nunca vuelvan a suceder no depende de nuestros buenos deseos, ni de palabras bonitas y pensamientos alegres. Hace falta evangelio. Jesucristo.
Y mañana... Mañana es día de marcha... Pero caminado. Otro tipo de lío. Vamos a ir a los montes Tatra, lugar donde también iba San Juan Pablo II a menudo. Promete ser un gran día, pero esa será otra historia, mejor os la cuento en otro momento. Ahora mejor voy a mandar callar el "lío" de los jóvenes de al lado. Todos a descansar.
Ojalá que nuestra alegría no se quede en lo mucho que se enriquece el alma tras las huellas de los grandes santos polacos. La verdadera alegría: que estemos seguros que nuestros nombres están escritos en el Cielo.
Dios te bendiga.
Día 7. Cracovia. (¡Por fin!)
Hola desde mi esterilla en la habitación del colegio de Bochnia. Hoy me reconozco agotado y muy contento. Hoy por fin hemos pisado Cracovia.
Os comparto también la parte de desazón que nos viene desde la mañana al enterarnos de la noticia de la muerte del sacerdote en Francia. El martirio ha vuelto a Europa. El martirio siempre vuelve. En el Evangelio no se indica que el odio a la fe vaya a terminar. El cristianismo es esto. El martirio es una posibilidad siempre. Por favor, una oración por el eterno sacerdote de este sacerdote. Descanse en paz.
En el bus camino de Cracovia hemos rezado por esta intención. Y al llegar nos hemos encontrado con una ciudad volcada con los peregrinos del mundo. Ambiente de JMJ respirable en cada esquina.
Hemos dedicado el día a pasear por la ciudad, ver los lugares más emblemáticos por los que pasó y pisó San Juan Pablo II, pero os confieso que, con la emoción, no podíamos dejar de mirar las banderas de los peregrinos para ver de dónde eran y saludarles chapurreando lo que podíamos. Italia, Alemania, Brasil, Honduras, India, Corea del Sur, Mozambique, Nueva Zelanda, Timor Oriental, China, Qatar... El idioma de la fe, que aquí se habla con sonrisas es universal.
Es difícil de explicar. Si nunca habéis estado en una JMJ resulta difícil creer que tantos jóvenes juntos en un sitio puedan producir tan pocos incidentes. Mucha alegría, mucha educación. Muchas ganas de ver a Francisco, y por ello hemos pedido delante del Santísimo, en cada iglesia a la que entrábamos. Sí. En todas expuesto, en todas muchos peregrinos rezando.
Por la tarde, después d encuentra catequesis y rato para compartir juntos (gran oasis de calma después de tantas emociones), hemos estado en un festival de acogida en nuestro pueblo de Bochnia. ¡Vaya marcha tienen los polacos! ¡Cuánta hospitalidad! ¡Con qué alegría se nos prestan para ayudar en todo! Estamos muy bien aquí.
Y mañana nos espera un día intenso. Desgarrador con la visita a Auswitch, entrañable por el peregrinaje a Wasowice. Pero esas serán otras historias y tendrán que ser contadas en otro momento.
Hasta entonces, que nuestra alegría no se quede en contar banderas de muchos países diferentes. Ni tampoco en aprender los bailes polacos del festival. Estamos alegres de saber que nuestros nombres están escritos en el Cielo.
Dios te bendiga.
Día 6. Czestokova.
Hola desde mi trozo de suelo en la ciudad de Bochnia, cerca, muy cerca de Cracovia. Esta va a ser nuestra casa y nuestro cuartel general los próximos cuatro días.
Hoy si podemos decir que se respira el ambiente JMJ! Tras despedirnos esta mañana del pueblecito de Wyry, donde se han volcado con nosotros, hemos puesto rumbo rápido al santuario de Czestokova. La casa de la Virgen negra pintada en el icono de madera, la Madre de todos los polacos, la Reina de este país. Es admirable la fe y cariño que aquí tienen a María. Hemos podido comprobar de cerca como ríos y ríos de peregrinos acudían a pedirle y agradecerle.
¿El motivo de venir aquí? Bueno, con lo que os he dicho de este Santuario ya entenderéis que es visita obligada. Pero es que además aquí hemos celebrado el encuentro de españoles. Diez mil jóvenes de nuestro país en la fiesta de nuestro apóstol - Patrón hemos celebrado juntos la Misa. Nuestros Obispos a la cabeza en una celebración en la que nuevamente hemos recordado la importancia de volver a la raíz cristiana de Europa.
El ambiente que hemos respirado hoy ha sido el que vamos a encontrarnos esta semana. Miles de jóvenes alegres, cantando juntos, rezando juntos, compartiendo la fe y la dicha de ser seguidores de Cristo. Un encuentro muy guay, aunque le saco una pega: lastima la música que hoy han elegido para amenizar el encuentro, ¡con la de canciones potentes que tenemos a mano!
Música rara pero... Menos mal que nos quedaba ver el icono de la Virgen y hemos podido escabullirnos. De rodillas, a los pies de la Madre, hemos puesto cada intención y cada persona que nos habéis pedido oraciones en esta tierra. Y hemos pedido que nuestro corazón esté preparado para el gran encuentro del fin de semana. María no falla.
Pequeño grito de hoy: en el bus cada uno de nosotros está inventando una letanía que nos identifique con el modo en que conocemos a la Virgen María. Estoy recogiendo algunas y son preciosas, las incorporaremos a nuestro rezo diario del Rosario a partir de mañana.
Y mañana también pisaremos Cracovia por primera vez. Hay ganas. Pero esa será otra historia, y ¡tendremos que contarla en otro momento!
Hasta entonces, que nuestra alegría no sea simplemente el poder respirar este gran ambiente de catolicidad, ni nos quedemos en poder descansar nuestro corazón rezando juntos a los pies de la Madre. Mejor alegrémonos porque nuestros nombres están escritos en el Cielo.
Dios te bendiga.
Día 5. Salzburgo - Wyry
Hola desde mi cama en la casa de una buena familia que nos hospeda en la ciudad polaca de Wyry.
Hasta aquí hemos llegado hace un rato después de nuestro último día con mucho bus. ¡Ya teníamos ganas de pisar tierra polaca! Este país nos va a acoger a lo largo de toda la semana, aquí ya estamos esperando al Papa.
Mañana de buenas noticias en nuestro bus 1 de Valdemoro y Griñón. Nuestro Obispo D. Joaquín ha querido acompañarnos y darnos unas palabras de aliento. ¡No para! Ya imaginaréis que sin poner ninguna excusa y merecidamente podría subirse a uno de los coches de apoyo y hacer su peregrinación más cómoda, sin embargo cada día se deja caer por los diferentes buses para compartir con nosotros rezos, canciones y baches. Una alegría tenerle hoy con nosotros.
Vuelta a Austria para visitar a modo exprés Salzburgo (para los de la LOGSE, es la ciudad de Mozart). Pasito por la ciudad y Misa juntos en la catedral, antes de salir de nuevo zumbando para cruzar la República Checa rumbo a Cracovia. No sé cuántos países llevaremos ya, pero en el bus los chicos dicen que el próximo curso no van a fallar ni una pregunta de geografía.
La llegada a Cracovia ha sido emocionante para mí. No sé. Me hace mucha ilusión estar en la tierra de Juan Pablo II. Desde el principio notamos un país volcado con la JMJ, hemos llegado tardísimo y sin embargo allí estaba la alcaldesa de este pueblecito de Wyry con una sonrisa para recibirnos con su castellano aprendido para la ocasión. Otra familia nos ha abierto su casa para los sacerdotes, aquí estamos, comiendo un queso rico que nos han dejado en la nevera y probando una cerveza que nos han regalado al llegar. ¡Contentos de haber podido llegar por fin a esta tierra! Ilusionados por lo que viene.
Mañana vamos a viviste a la Virgen de Czestokova, la protectora de Polonia, la Madre con el rostro herido ante quien venimos a presentar nuestras propias heridas y las de tantos que nos habéis pedido oraciones. Habrá un gran encuentro de españoles. Promete. Pero esa será otra historia y tendrá que ser contada en otro momento.
Veo que hoy os he contado muchas cosas buenas y, sin embargo, en nada de todas ellas debe posarse nuestra alegría. Lo bueno es que nuestros nombres, los de todos los peregrinos, están escritos en el Cielo.
Dios te bendiga.
Día 4. Munich
Desde mi cama en una ciudad al lado de Munich. Hasta aquí hemos llegado hoy los peregrinos de la JMJ después de atravesar cuatro países. Italia, Suiza, Austria, Alemania. La vieja Europa va pasando ante nuestros ojos (si es que nos pilla despiertos).
Hoy en nuestro viaje nos ha acompañado la figura de Benedicto XVI, él es de Munich, de la católica Baviera. Él más que nadie defendió con gran fuerza la necesidad de que esta Europa atemorizada por el terrorismo, que se rompe por los nacionalismos y se enfrenta por los populismos, vuelva a las únicas raíces que pueden unirla: las de Jesucristo y el Evangelio.
Pretendemos que nos una la economía... No funciona. Pretendemos que nos una el nuevo diosecillo de la sociedad del bienestar... No funciona. Jesucristo y la fe, es lo que ha unido y hecho grande a Europa, no el Euro. Volver a las raíces es volver a la armonía, y en la armonía hay unidad. Qué grande recordar hoy a Benedicto, seguro que ha pasado más de un rato de rodillas ante la cruz rezando por tantos peregrinos que estos días vamos rumbo a la JMJ.
Yo hoy... Resultó haber un Mc Donalds en una gasolinera Suiza en la que paramos. Y allí nos lanzamos. Hay cosas que no cambian. Hamburguesa de euro, energía suficiente para el tramo final.
Llegada a Munich y exposición del Santísimo. Eso sí que es descanso. Hemos tenido muy presentes a las víctimas y afectados del tiroteo. Pensándolo me viene todo el rato a la cabeza una canción que les gusta cantar a los jóvenes en el bus. Comparto:
"No tengo miedo de la libertad,
no tengo miedo, Señor, de la vida,
me quiero entregar,
toma mis manos, mi voz y mi andar,
y yo alzaré alto la cruz,
derramada de amor,
para que sea bandera de la juventud,
tu triunfo santo que junto a mi canto
se hará fuerte luz,
hombres con sed, hombres valientes,
que quieran seguir tu caminar"
Y seguimos nuestra peregrinación, ¡mañana entraremos en tierra polaca! Aunque esa será otra historia, mejor contarla en otro momento.
Hasta entonces, que nuestra alegría no sea viajar por muchos países como Willy Fog, ni disfrutar juntos de risas comiendo hamburguesas de euro. Estemos alegres simplemente porque nuestros nombres están escritos en el cielo.
Dios te bendiga.
Día 3. Turín.
Desde mi trozo de suelo en Chieri, con una mezcla de alegría por el día vivido hoy junto con consternación y pena por las noticias que llegan desde Munich.
Nuestro día hoy... Hemos dejado de vivir la vida en el bus, hoy sólo lo hemos cogido para ir camino de Turín (Torino se llama aquí, para lío de quienes, pensando que son dos ciudades distintas, nos ha dejado anécdotas divertidas). Maravillosa ciudad en la que San Juan Bosco piso fuerte y dejó una profunda huella de Cristo que aún perdura en jóvenes de los cinco continentes.
¿Cómo hemos comenzado? Pues ante tanto bus los días pasados, había ganas de estirar las piernas, y nada mejor que una marchita para ello. Peregrinación dentro de nuestra peregrinación, por el llamado "Camino de Juan Pablo II", que este Magno Papa quiso recorrer también un día camino de la gran Basílica construida junto a la casa donde nació Don Bosco.
Misa. Recuperamos fuerzas. Y a comer... Imposible irse de Italia sin comer pizza y un helado. Aquí todo sabe a gloria, aunque la masa fuera gorda y recalentada, ¡hemos triunfado! ¡Somos unos sobraos!
Turín es una maravilla, grandes santos y reliquias han marcado la historia de esta ciudad. Por la tarde hemos podido poner todas nuestras intenciones de peregrinos ante la tumba del Beato Frassati. ¡Un chico genial! Joven, apasionado, enamorado de Dios, amante la montaña, fumador en pipa. Una vida que clama a las nuestras diciendo: ¡jóvenes, vosotros también podéis ser santos!
También el lugar de la Sabana Santa nos ha servido de lugar de oración. No está visible ahora, pero ante la mayor reliquia del mundo también hemos dejado nuestras intenciones, queriendo parecernos cada vez más a Aquel a quien envolvió.
Sólo nos faltaba ver a ese mismo Cristo, y hemos podido hacerlo rezando juntos en nuestra primera hora Santa, en la Iglesia donde el bueno del Santo Bosco también descansa de su infatigable vida. Nosotros queremos ser así, queremos ser como estos santos de Turín. Parecernos a Jesus. Estamos en ello, y pedimos nos encomendéis.
Ya volviendo, mientras esperábamos a nuestros buses, ha llegado la noticia de lo que estaba sucediendo en Munich. Impactante para todos por la crudeza, y porque era parte de nuestro itinerario. Yo leía la noticia al tiempo que veía la alegría de nuestros jóvenes de la diócesis, sin parar de cantar y animar pese al cansancio del día. Cuanto contraste. Y me venía a la mente el pensar de nuevo que Europa necesita mucho Evangelio, que en las caras sonrientes de esos jóvenes está la solución a los grandes problemas que los poderosos del mundo no son capaces de arreglar.
En fin, eso son otras historia más difíciles, mejor contarlas en otro momento.
Hasta entonces pienso que no debemos conformarnos con estar alegres por haber podido poner nuestras intenciones ante tan grandes santos, ni que nuestra felicidad esté en seguir nuestro precioso camino por Europa. Lo más importante, lo que más puede alegrarnos, y ojalá nos lo creamos: nuestros nombres están escritos en el Cielo.
Dios te bendiga.
Día 2. Chieri.
Hola desde mi litera de Cheri, italiana ciudad no muy lejos de Turín. Hasta aquí hemos llegado después de pasar el día rodando en bus atravesando el sur de Francia y los Alpes.
Ahora cansado tras el viaje, pero muy contento. ¡Mucho! Estoy oyendo las voces de los jóvenes de la Diócesis desde la ventana, es tarde, pero aún ahora se respira un ambiente de muchísima alegría. El cristianismo tiene mucho que decir en este mundo, la alegría no queda indiferente en medio del pasotismo dominante. Esta alegría hace que se le venga a un arriba la sonrisa pensando en lo bueno que es Dios.
De hoy que contaros.... Mucho autobús. Buen momento para recuperar el poco sueño que la noche nos deja y para irse conociendo los peregrinos. Y claro, mucho bus es también sinónimo de cine. La peli de la Jungla de Cristal con sus leches y explosiones continuas ¡nunca nos cansa!
El bus es lugar también para tratar algún tema un poco más profundo, a modo de catequesis interpeladora. El testimonio desde el corazón que cada uno da en los improvisados grupos de asientos de delante y atrás hace que nos conozcamos y queramos cada vez más. Como Dios nos quiere, así queremos querernos. Y nuestra vía se ha convertido hoy en una pequeña porción de Iglesia en la que vivir la fe, la esperanza y la caridad. ¡El Evangelio siempre por bandera y nadie podrá con los cristianos!
Ahora toca descansar, mañana nos espera un gran día de peregrinación a la ciudad de Turín. Os encomendaremos en la tumba de Frassati, ¡por supuesto que sí!
Hasta entonces no estemos simplemente contentos por haber llegado ya hasta Italia, no pongamos nuestra ilusión meramente en nuestro ambiente de alegría diocesana. Alegrémonos de verdad porque nuestros nombres, el de cada uno de nosotros, están escritos en el cielo.
Dios te bendiga.
Día 1. Barcelona.
Desde Barcelona. ¡La JMJ ha comenzado para los peregrinos de la Diócesis de Getafe!
El día ha pasado deprisa, y con contratiempos de esos que son graciosos y salvables para los de nuestro bus, en el que vamos juntos las parroquias de Valdemoro y la de Griñón.
El Bus de los peregrinos de las parroquias de Getafe gripa a y moría tras varios intentos de tirar y tirar, y en nuestra espera para intentar ayudarles hemos llegado juntitos para celebrar la primera Eucaristía con nuestros Obispos, en la Basílica de la Sagrada Familia.
Gaudí nos ha cautivado, sin Dios parece imposible plasmar tanta belleza. Él se convirtió por esa belleza, se descubrió bello y amado por Aquel que nos lo da todo. Ver su obra me lleva a pensar que la belleza genera más belleza, saberse amado genera actos bellos, ¡el bien se multiplica!
Vamos a cruzar Europa estos días, mañana el sur de Francia. Pasamos por una Europa herida, desconcertada, que necesita que alguien clame esperanza. Europa necesita nuevamente la belleza del Evangelio, y estoy seguro que la alegría de muchos peregrinos estos días hará mucho bien al paso por estos lugares.
Me encanta estar aquí. Peregrinar es el modo más cristiano de ser, y las incomodidades de estos días hacen que sea más sencillo encontrar a Dios en el día a día. Ya todos nos conocemos en el bus, y mañana tendremos tiempo para estrechar esos lazos. Mucha carretera nos espera hasta Turín. Hasta entonces, no estemos contentos sólo por ser peregrinos, no nos alegremos siempre mente por poder conocer Bellezas tan grandes, nuestra alegría no sea solo la de tener una Diócesis estupenda. Simplemente estemos contentos porque nuestros nombres están escritos en el cielo.
Dios te bendiga.
