El municipio de Chinchón celebra las fiestas en honor a sus santos patronos, la Virgen de Gracia y San Roque, a mediados del mes de agosto. Los fieles devotos comienzan a prepararse espiritualmente con la celebración de la novena, desde el día 6, a las 20.00 horas, en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción.
Además, la Ermita de San Roque permanecerá abierta hasta el 31 de agosto, en horario de 19.30 a 22.00 horas para todos los que quieran acercarse a rezar ante el santo patrono.
El lunes 15 de agosto, a las 12.00 horas, tendrá lugar la solemne misa mayor en honor de Nuestra Señora de la Virgen de Gracia, presidida por el párroco D. Pedro Chaparro. Al término de la eucaristía, que será cantada por el Coro parroquial, la Hermandad de Nuestra Señora la Virgen de Gracia y San Roque nombrará hermanos de honor y realizará un acto de reconocimiento a las personas destacadas de la Hermandad.
A las 21.30 horas tendrá lugar la procesión de la imagen de la Virgen desde la parroquia hasta la Plaza Mayor. Al mismo tiempo se trasladará el paso de San Roque desde su ermita hasta la Plaza donde se encontrará ambos patronos. Después de la plática del sacerdote D. Pedro Chaparro, ambas imágenes partirán hacia la parroquia.
El martes 16 de agosto, a las 12.00 horas, se celebrará la misa mayor en honor de San Roque, que será cantanda por la Coral de Chinchón. Después habrá un pasacalles amenizado por la Banda de Música de Chinchón hasta la Plaza de San Roque, donde la Hermandad obsequiará con un refrigerio a todos los asistentes.
A las 22.00 horas se celebrará la procesión de regreso de la imagen de San Roque, desde la parroquia hasta su ermita.
El origen de los patronos se remonta a la Edad Media.
La iglesia parroquial más antigua de Chinchón fue la advocada a Nuestra Sra. de Gracia, de la que, en la actualidad, se conserva su torre. Se tiene constancia de esta iglesia ya en el siglo XV.
Por otra parte, la costumbre de los vecinos de implorar a los santos durante las épocas de epidemias, hizo que el pueblo de Chinchón se acogiera al amparo de San Roque cuando la localidad fue azotada por la peste. Casualidad o milagro la epidemia remitió y los primeros encierros celebrados en la villa, que datan de mediados del siglo XVI estaban dedicados a este santo, con la particularidad que se corrían los toros a las seis de la tarde. Años después, ya en el siglo XVII, se funda una ermita en su honor, donde vecinos y visitantes hacen sus ofrendas en los días previos a su gran festividad.
