El Santuario cobró más importancia gracias al legado de sor Juana de la Cruz (Juana Vázquez Gutiérrez), figura mística y literaria de gran influencia. Fue beatificada por el Papa Francisco el 25 de noviembre de 2024 mediante el proceso de beatificación equipolente, sin la necesidad de un milagro.

El Santuario se compone de una capilla del siglo XVI donde rezaba Santa Juana; un altar de mármol y el lugar donde la Virgen clavó la cruz, tal como dictaban las apariciones.

La reconstrucción del monasterio finalizó alrededor de 1948 tras haber sido destruido durante la Guerra Civil.

Cada primera semana de Pascua, se realiza una peregrinación por el camino que recorrió sor Juana huyendo de su casa hasta el monasterio, y el 9 de marzo, en recuerdo de la cuarta aparición mariana, se celebra el tradicional “Día de Santa Juana” o “Día de la Tortilla”. Se trata de una romería popular donde los fieles llevan tortilla de patata como ofrenda al Santuario.

Una comunidad de las Hermanas Clarisas atiende el Santuario desde su vida contemplativa en clausura.