Oración a Jesús Obrero

Señor Jesús, te ofrecemos todo el día:

nuestro trabajo, nuestras luchas,

nuestras alegrías y nuestras penas.

Concédenos,

como a todos nuestros hermanos de trabajo,

pensar como Tú,

trabajar contigo 
y vivir en Ti.

Danos la gracia de amarte

con todo nuestro corazón

y de servirte

con todas nuestras fuerzas.

Que tu Reino sea un hecho

en las fábricas, en los talleres,

en las minas, en los campos,

en la mar, en las escuelas,

en los despachos y en nuestras casas.

Que los militantes que sufren desaliento

permanezcan en tu Amor.

Y que los obreros muertos

en el campo de honor del trabajo y de la lucha,

descansen en paz.

María, Madre de los pobres,
ruega por nosotros.

Yo creo

Creo que Dios es nuevo cada mañana,

creo que Dios está creando el mundo hoy

en este mismo instante.

Dios no creó, “hace mucho tiempo” el mundo

y luego se olvidó de él.

Creo que debemos esperar lo inesperado,

pues ésta es la manera normal con que “trabaja” Dios.

Soy un hombre de esperanza y creo que Dios

es nuevo cada mañana.

Creo que Jesucristo vive hoy,

creo que la muerte es semilla de resurrección,

creo que el dolor más soportable

ha sido redimido por El,

y me transmite una palabra de amor.

Creo que Jesús vive en todos los que sufren,

y en los pobres y desheredados del mundo,

y en ellos espera ser servido por nosotros.

Creo que el Espíritu Santo se halla presente

en la Iglesia y en el mundo,

aunque la gente no lo sepa…

Creo que el Espíritu Santo

es todavía el Espíritu Creador;

y creo que si nos abrimos a El,

nos dará cada mañana una libertad reciente

el gozo y una nueva provisión de esperanza.

Creo que la imaginación y el amor de Dios

no se han agotado todavía.

Creo que la esperanza es una obligación.

Creo que la esperanza no es un sueño,
sino una manera de hacer

que los sueños sean realidad.

Soy un hombre de esperanza

y creo que el Espíritu nos tiene reservadas

muchas cosas que se harán realidad.

(Cardenal Suenens)

Sólo Tú

Sólo Tú, Señor, puedes dar la fe,
pero yo puedo dar testimonio de fe.

Sólo Tú, Señor, puedes dar la esperanza,

pero yo puedo devolver la esperanza a mis hermanos.

Sólo Tú, Señor, puedes dar el amor,

pero yo puedo enseñar a amar.

Sólo Tú, Señor, puedes dar la paz,
pero yo puedo sembrar la unión.

Sólo Tu, Señor, puedes dar la fuerza,

pero yo puedo sostener al desanimado.

Sólo Tú, Señor, eres el camino,

pero yo puedo enseñárselo a los demás.

Sólo Tú, Señor, eres la Luz,

pero yo puedo hacerla brillar en los ojos de todos.

Sólo Tú, Señor, eres la Vida,

pero yo puedo devolver a los demás el deseo de vivir.

Sólo Tú, Señor, puedes hacer lo que parece imposible,

pero yo puedo hacer lo que es posible.

Sólo Tú, Señor, te bastas a Ti mismo,

pero prefieres contar conmigo.

Por eso, gracias, Señor.