XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos (del 3 al 28 de octubre)

Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional

La XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que comienza 3 de octubre, está dedicado en esta ocasión a los jóvenes, a la fe y al discernimiento vocacional.

Sínodo viene de dos términos griegos: syn (juntos) y yhodos (camino), y expresa la idea de “caminar juntos”.

En el Vaticano hay varios organismos que forman la curia romana y se encargan del gobierno de la Iglesia, atendiendo a diferentes sectores y ámbitos. Pero había una inquietud por tener una estructura donde hubiera representación de la Iglesia universal a modo de asamblea de obispos de todo el mundo que ayudaran al Papa en el gobierno de la Iglesia con su consejo. Y así creó Pablo VI, el 15 de septiembre de 1965, el Sínodo de los Obispos, como institución permanente, dependiente directamente del Santo Padre.

El Sínodo de Obispos se reúne cuando el Papa lo convoca y con el tema que proponga a estudio, análisis, debate y consulta. Lo preside el Santo Padre y tiene un proceso largo de preparación, a fin de que el documento de trabajo, que se llama “Instrumentum laboris”, y es la base para la discusión en su seno, sea fruto de una amplia consulta a toda la Iglesia.

Un Sínodo sobre, para y con los jóvenes

El papa Francisco ha realizado ya dos sínodos: uno sobre la nueva evangelización y otro sobre la familia.

Su propuesta es que el proyecto de Dios para los hombres y mujeres de todos los tiempos llegue a todo el mundo y a todos los ámbitos de la vida, sin excepción. Y es por ello que este tercer Sínodo que convoca nos invite a interrogarnos sobre cómo acompañar a los jóvenes en el camino de la fe, en sus decisiones vitales, y pedir también a los mismos jóvenes que ayuden a identificar las mejores formas hoy para anunciar la Buena Noticia.

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