monaguilloswebCuarenta monaguillos participaron el pasado 11 de mayo en la última edición de la Jornada diocesana del Monaguillo, celebrada en el Cerro de los Ángeles, en el Seminario, y diez padres aceptaron la invitación a pasar el día. Esta Jornada es un día de convivencia al que están convocados anualmente monaguillos de la Diócesis junto con sus padres; una ocasión única para que los padres compartar con sus hijos un día especial con la Eucaristía y con juegos, en compañía de nuestro Obispo, D. Joaquín.
 La jornada comenzó en la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, con una Eucaristía presidida por D. Joaquín. Los monaguillos, todos revestidos con sus albas, entraron en la ermita a través de la Puerta Santa, en solemne procesión. En una homilía muy cálida y cercana, D. Joaquín les animó a descubrir en Cristo el Tesoro por el que todo merece la pena venderse para conseguirlo, y contó alguna anécdota sobre su propia experiencia de monaguillo. Invitó a los niños a ser testigos de Cristo en sus familias y ante sus amigos. Y enseñó a los pequeños que aún no habían hecho su primera Comunión a rezar la oración de la comunión espiritual mientras los demás comulgan.
 Tras la Eucaristía, niños, padres y los seminaristas que estaban organizando la Jornada comieron un bocadillo. Al terminar, los niños bajaron a los campos de deporte del Seminario con un grupo de seminaristas, donde se agotaron jugando con globos de agua, carreras y demás actividades. Mientras tanto, los padres tomaron un café en el comedor del Seminario y tuvieron una visita por el Seminario, el Monumento al Sagrado Corazón y la Basílica, guiados por un seminarista experto en la historia viva y pasada del Seminario y el Monumento. El propio D. Joaquín estuvo en algunos momentos en la visita, enseñando fotos y contando anécdotas de antiguos seminaristas, ahora curas. Los padres disfrutaron tanto o más que los chavales en la Jornada, y al terminar la visita había dudas acerca de quién estaba más cansado físicamente y quién había disfrutado más. Pero todos coincidían en que el día había sido magnífico y que no se lo perderían el año siguiente.