antorchaswebDesde que las Siervas del Hogar de la Madre llegamos a la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario y de la Esperanza, en Móstoles (Madrid), hemos procurado poner al servicio de la nueva evangelización de este barrio todas las iniciativas que el Señor nos ha ido inspirando. Al comenzar este curso, nuestro quinto año en Móstoles, había algo que todavía faltaba por hacer, y era encontrar la manera de hacer partícipe a todo el barrio de la fiesta de la parroquia, la Virgen del Rosario. Así que propusimos a nuestro párroco, D. Francisco Sereno, y a los laicos comprometidos en la parroquia, una idea que al principio podía parecer algo loca: un rosario de antorchas recorriendo las calles de nuestro barrio.

 

La idea gustó y comenzaron los preparativos, a todos los niveles. Decidimos aprovechar la oportunidad para hacer una misión por el barrio y comenzamos a llamar a las puertas invitando a todos personalmente a participar del rosario. Hemos conseguido llamar a más de mil puertas y ha sido una experiencia muy buena. Tenemos intención de continuarla con ocasión de otros eventos parroquiales. También inundamos el barrio de carteles, buzoneamos y lo pregonamos incluso a través de la radio y de la web de la Diócesis de Getafe.

Llegó el día tan esperado, 26 de octubre de 2013, a las 20 horas. La imagen Virgen salió por las calles rodeada de sus hijos llevando en las manos velas encendidas, símbolo de la esperanza que tenemos en Ella, la gran Evangelizadora que va en busca de sus hijos para estrecharlos entre sus brazos y en su Corazón de Madre. Fueron más de 250 personas las que participaron en la procesión, pero cuando alzabas la vista desde todas las ventanas veías más personas asomadas, siguiendo con respeto y actitud orante la procesión. Seguro que el año que viene, muchos de esos que esta vez han mirado desde la ventana, bajarán junto a su Madre para contarle más de cerca sus penas, y sus alegrías, sus dolores, junto con sus ilusiones.

Terminamos la celebración con un chocolate estupendo que nos permitió hablar con unos y otros, con los de siempre y con los que veíamos por primera vez, atraídos por el perfume de la Señora.