sanpedrobauwebSan Pedro Bautista es un santo franciscano que nació en San Esteban del Valle en 1542 e hizo sus votos en Arenas de San Pedro (ambas localidades de la provincia de Ávila). Tiempo después se hizo misionero y él junto a 25 compañeros más, entre ellos tres niños, fueron mártires que dieron su vida por Jesucristo en Nagasaki el 5 de febrero de 1597.

Como cada año, el primer domingo de febrero, desde que se inauguró hace 38 años, la iglesia de San Pedro Bautista en Alcorcón, celebra la fiesta de su santo patrono conmemorando el día de su muerte en Nagasaki. Los días anteriores a la celebración tuvo lugar el festival lúdico parroquial.

El templo estaba lleno de fieles que con alegría y devoción celebraban este día tan señalado y especial para ellos.
A las doce del mediodía comenzó la misa, presidida por D. José Rico Pavés, obispo auxiliar de Getafe y concelebrada por cuatro sacerdotes de la parroquia: D. Amancio Pérez, D. Pedro Botía, D. Honorato Ibáñez y D. Leonardo García junto con el Párroco D. Juan Pedro Ortega. Toda la celebración acompañada por el coro parroquial, que ataviados con el traje regional castellano, cantaron la misa castellana.

Durante la homilía D. José puso énfasis en que “debemos estar dispuestos a ser verdaderos misioneros, a llevar la alegría del encuentro con Cristo”. Continuó animándonos a rezar los unos por los otros: “hemos sido creados para amar y compartir la grandeza de Dios. Un mártir cristiano es aquel que muere dando amor y perdón a los que le odian. El encuentro con el Señor hace que caigamos de nuestras falsas seguridades, de nuestra recesión torcida de querer hacer una vida al margen de Él”. En este día, haciendo alusión al Evangelio, “celebramos la fiesta de la presentación del Niño Jesús en el templo o también llamada de la Purificación de la Virgen María o de la Candelaria, así como la Jornada de la vida Consagrada reflejada en el gesto de María y José al llevar a su primogénito Jesús al templo”. Hizo referencia también a la Celebración del Año de la Esperanza como preparación para la Gran Misión. A continuación se realizaron unas simbólicas ofrendas que fueron bendecidas por el obispo.

Posteriormente, en la plaza exterior de la iglesia se degustó una deliciosa paella preparada por la Asociación de vecinos Alcor. Mientras la espera de la paella, se dio a conocer el ganador de la rifa que organiza la parroquia y cuyo premio consistía en un jamón donado por  el Corte Inglés de Alcorcón. Todo lo recaudado en dicha rifa se destinará para los afectados por el tifón de Filipinas, lugar en el que además fue misionero San Pedro Bautista.

Tal y como dijo el Obispo en su emotiva homilía: “La palabra de Dios siempre viene en nuestro auxilio y nos ayuda a recoger de cada uno de estos motivos luces para nuestra vida. La iglesia dice de los santos que son modelos intercesores: modelos porque quizás de su vida aprendemos algo para la nuestra e intercesores porque reconocemos que entre ellos y nosotros hay un vínculo que ni siquiera la muerte ha logrado romper. No vivimos coherentemente el Evangelio si no estamos dispuestos a ser misioneros”.