Javierada"Dicen que está vivo" era el lema que había elegido la Delegación de Juventud para la Javierada de 2014 y "Cristo está vivo" es lo que han gritado los 550 peregrinos que han regresado de esta peregrinación.

Todos los jóvenes mayores de 16 años, acompañados por sus sacerdotes, consagradas, y los seminaristas de la Diócesis salieron de sus lugares de origen el pasado viernes día 4 rumbo a la que sería la Javierada del 2014. Tras las presentaciones y Vísperas en el autobús, llegaron los primeros abrazos y reencuentros en el colegio que los Jesuitas de Tudela cedieron a la organización para que los peregrinos pasaran en él su primera noche. Cena, velada y completas pusieron el broche final a la jornada en la que todos los participantes conocieron a los que iban a ser los coordinadores, siempre atentos, durante la peregrinación Sandra y Javier.

El sábado amaneció temprano para muchos y tras reponer fueras con el desayuno, viajaron en autobús hasta la Foz de Lumbier, punto de partida para el recorrido a pie. Tras la motivación de salida, los 10 autobuses fueron marchando por los paisajes que ofrece la zona, acompañados  por D. Joaquín Mª el obispo de la Diócesis que no se separó de los jóvenes en ningún momento. Durante la marcha hubo tiempo para todo, confesarse, cantar, contar historias, hablar con unos y con otros, rezar el Rosario, pensar en lo que vas a ofrecer al Cristo de la sonrisa... Y en torno a las 16h los jóvenes llegaron hasta la explanada del Castillo. Después de rezar unos instantes ante la imagen de San Francisco Javier, tuvo lugar la celebración de la Eucaristía presidida por D. Joaquín Mª y concelebrada por todos los sacerdotes que habían participado en la peregrinación. Tras alojarse, ducharse, descansar y cenar tuvo lugar una gran velada con concurso de actuaciones incluido, en el que todos los peregrinos disfrutaron de las distintas y divertidas actuaciones. Todo, para dar paso al momento más valorado en todas las peregrinaciones, la Hora Santa, todos juntos, con el verdadero protagonista de todo el viaje, Jesucristo. Impresiona ver cómo esos 500 jóvenes que acababan de cantar y bailar se arrodillan ante Cristo y hacen silencio para escuchar el "sonido de la noche" como les invitaba la Isabel, la subdelegada de juventud que llevaba la oración. Un momento de caer en la cuenta de ante quién estás, y de ponerle tu vida en Sus manos.

La mañana del domingo empezó con el rezo de laudes y la posterior visita al castillo en el que vivió San Francisco Javier en el que se encuentra el Cristo de la sonrisa, un Cristo crucificado que te sonríe y te da aliento para que sigas con tu vida, sin miedo, porque allí donde veas una cruz, estará Él, y con Él, su gracia.

Después de la visita, tiempo libre y de nuevo al autobús con destino a Logroño, ciudad que acogió a los peregrinos para celebrar la Eucaristía en la concatedral. Y desde allí, a media tarde, el regreso a los puntos de origen, contando grandes testimonios en los autobuses, porque ahora, todos gritaban a una misma voz que "Cristo está vivo"