ENTREGA MEDALLAwebEl miércoles 24 de septiembre celebramos en el Centro penitenciario de Aranjuez la festividad de la  Virgen de la Merced, Patrona de los presos. En el transcurso de la ceremonia Instituciones Penitenciarias entregó la Medalla al Mérito Penitenciario al Capellán de la cárcel de Aranjuez, D. Norberto Otero.

 

Comenzamos la fiesta celebrando la Eucaristía por la mañana con los internos  y funcionarios que quisieron participar. Presidió la Eucaristía D. Javier Romera, Vicario General  Moderador de Curia, y concelebraron tres sacerdotes, entre ellos el capellán del centro, D. Norberto Otero. Un salón de actos casi abarrotado en un clima de fiesta y alegría, de recogimiento y de vivencia  profunda de la fe.

En su homilía D. Javier animó a mantener viva la esperanza, confiados en Dios, a pesar de la situación de privación de libertad y a ir de la mano de María, nuestra madre. Palabras que fueron bien acogidas por los internos que respondieron  con un aplauso. El coro de internos  nos ayudó con la música y los cantos a que la celebración saliera alegre y esperanzadora.

Al finalizar la celebración el Vicario comunicó a los internos que esa misma mañana Instituciones Penitenciarias entregaría al capellán del Centro, D. Norberto, la medalla de bronce al mérito social penitenciario, a lo que respondieron con  un gesto muy emocionante: fue acogido por los internos con un aplauso, puestos en pie. A continuación visitamos el módulo de madres departiendo con ellas y saludando a los niños que había. Después acudimos al acto institucional que se realiza en el Centro con la Dirección y autoridades, saludo del Director  y con unas sencillas palabras comunicando el motivo por el que se había concedido la medalla al capellán; por ser el rostro de una iglesia que acogía y ayudaba a todos sin importar su credo, su color, así como por crear un tejido de relaciones con todos los que trabajan allí, humanizando y dando ánimo en la tarea.

Entregó la medalla la Subdelegada del Gobierno, siendo acogida la entrega  con la cercanía y apoyo de todos los que asistieron.

Esta medalla  se da a una persona física, pero siento que es de todos. De la Iglesia que es la que nos envía, los voluntarios con los que comparto la tarea, funcionarios que facilitan la labor y, como no, de los internos,  que son la razón de nuestra presencia.

“Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando”

Un día feliz que nos anima a todos a seguir trabajando en la Pastoral Penitenciaria.