anviersariowebAl inicio de la Cuaresma, precisamente cuando a los católicos se nos recuerda, con la imposición de la ceniza, que todos algún día hemos de morir, pues… “polvo somos y en polvo nos convertiremos”, el pasado martes 24 de Febrero en la Catedral de Getafe, conmemorábamos el 11º aniversario (2004-2015) de la muerte de Mons. Fco. José Pérez y Fernández-Golfín, primer Obispo y fundador de la Diócesis de Getafe en la zona sur de Madrid.

 

Sensible pérdida de un ser humano de gran valía que ejerció su ministerio pastoral con sencillez, rechazando otros cargos importantes de la Iglesia para seguir siendo Obispo de su querida Diócesis getafense. Gran comunicador, hospitalario con los pobres. Fue Director Espiritual del Seminario de Madrid, Párroco y vicario episcopal, Obispo auxiliar de la Capital, y finalmente Obispo diocesano de Getafe. El Cerro de los Ángeles junto a la Ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles (donde reposan sus restos mortales) con la Basílica y Seminario a sus pies, y el Sagrado Corazón de Jesús que le acogió con los brazos abiertos desde lo alto, fueron testigos de la bondad, entusiasmo y eficacia demostradas durante su sagrada misión. “Apacentar la iglesia del Señor, la cual Él ganó por su propia sangre” (Hechos 20, 28). Ayudó a muchos jóvenes a discernir la vocación y hoy, como se demuestra, algunos son también Obispos y Arzobispos.  “Destacó por su amor al sacerdocio con simpatía y humildad” según palabras del P. Alberto Royo Mejía, quien, como uno de los postuladores para la Causa de los Santos, estudian y buscan testimonios y algún posible milagro para su posible beatificación.
La Eucaristía fue presidida por D. Joaquín Mª y junto a él concelebraron el Párroco de la Catedral,  D. Enrique Roldán y varios sacerdotes más, D. Enrique Ramos, D. Vicente Lorenzo y D. Tomás Julián Sanz.
En su homilía, nuestro actual Obispo D. Joaquín, tras hacer algunas reflexiones sobre las lecturas del Evangelio del día y por intercesión del alma de su antecesor D. Francisco, resaltó sus virtudes profundas dándole las gracias -una vez más- por todo lo realizado durante su pastoral y lo querido que había sido en la Diócesis. ¡Descanse en paz D. Francisco!