nenestrabajandoweb El pasado 20 de noviembre se celebró el Día Internacional del Niño, gran ocasión en vísperas del Adviento para reflexionar sobre el alcance del título, destacando sentimientos cristianos y aspectos sociales.
Se acercaba el gran día: ¡la Natividad del Señor! “María, encinta, dará a luz un hijo y se llamará Jesús”. ¿Imaginan a esa madre, al comienzo de su gestación, abortando al hijo de sus entrañas por no dejar en evidencia a José, su esposo, y ser repudiada? Muy fuerte ¿verdad? Ellos nunca lo hubieran hecho.
Eso es lo que ocurre, tristemente, en nuestra sociedad actual, con los bebés que quieren venir al mundo y no se les deja. Esa criatura que no hemos querido que tenga vida, por cualquier circunstancia, interrumpiendo el embarazo en el vientre de la madre.
“No le matemos antes de nacer”. A Jesús le sacrificaron de mayor porque entregó su vida por nosotros. Ese niño o niña, feto, embrión o como queramos llamarle, ha contribuido como fruto del amor entre la pareja para ser gestado dentro del cuerpo de la madre. Por tanto, tiene su primer derecho: nacer. Lo demás es puro egoísmo.
Otro derecho del niño, además de tener un padre y una madre, sería el bautismo. Todo recién nacido debe ser bautizado. ¿Y por qué bautizarle?
“Que se bautice él de mayor, si lo desea”, comentan muchos padres cuando no son creyentes o pasan de la Iglesia. Pero el bebé está en manos de sus progenitores y no puede decidir.
El sacramento del bautismo es el rito por el que se entra a formar parte de la familia cristiana. El agua derramada sobre la cabeza de la criatura es símbolo de una vida nueva que se recibe de Dios: ¡la fe!
Más aún. Llegada la edad de ir al colegio, entre otras asignaturas, el niño o niña ¿dará Religión? ¡Ah! “Es optativa”, y muchos colegios laicos no la quieren impartir.
Como consecuencia de estas negativas, los hijos –de entre ocho y 12 años– tampoco podrán recibir la primera comunión si antes no han asistido a la catequesis y se bautizan.
¿Por qué privar a los niños de sus derechos principales? La Iglesia enseña valores cristianos creando un mundo mejor. Muchos padres y tutores debatimos con la Administración junto a nuestras diócesis para que la Religión siga siendo obligatoria.
“Los niños son la mayor certeza de que Dios existe”. La Iglesia, a través de los siglos, ha hecho varias reformas, abriéndose y adaptándose a los nuevos tiempos en usos y costumbres dentro de la civilización cristiana, para acercarse más a la sociedad, predicando el Evangelio y cumpliendo los sacramentos.
Hay más derechos del niño desde la infancia hasta la adolescencia, pero llegamos al más triste y preocupante: su explotación con trabajos forzados -principalmente en los países no desarrollados y de extrema pobreza-, que el niño no debe hacer hasta al menos alcanzar la edad reglamentaria.
El testimonio de varias ONG como Manos Unidas, Cáritas, Cruz Roja, Unicef y otras, con sus campañas humanitarias, vienen denunciando continuamente las injusticias del planeta y los gobiernos para erradicar la miseria que afecta a tantos millones de seres humanos: la falta de escuelas, alimentos, hospitales…
Los niños necesitan jugar, ser felices y estar ajenos a los problemas que más tarde como adultos les tocará vivir.
En estos días de paz y fraternidad, seamos más solidarios. “La sonrisa de un niño es la pureza de Dios”. Dice el Papa Francisco: “Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más justo”. Feliz Navidad.
José Valderrama