reinapazestaweb Cientos de fieles de Arroyomolinos se unieron el pasado 24 de enero en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción para celebrar la fiesta de la Virgen de la Paz, patrona del municipio, y recuperar así viejas tradiciones.
Cuenta Dña. Amparo, feligresa octogenaria, que, desde la década de los 50 del siglo pasado, Arroyomolinos era un pueblito de vacas, medio centenar de huertos con casas bajas y 80 habitantes. Tenían una pequeña iglesia y su virgencita de la Paz, a la que festejaban cada 24 de enero y a la que sacaban en procesión el 1 de mayo, junto con el Cristo de la Salud.
Ahora, su párroco, D. Fernando Gallego, junto al vicario parroquial, D. Juan Cerrato, ha querido retomar la festividad de su patrona con motivo del Año de la Misericordia, en una población joven, con 28.000 habitantes.
Por eso, el domingo 24 de enero la parroquia estuvo llena de familias con niños de catequesis, otros que ya habían celebrado su primera comunión y las autoridades del municipio, con su alcalde D. Carlos Ruipérez a la cabeza.
Se celebró una misa solemne en honor a la Virgen de la Paz, que fue dedicada a los más pequeños.
La celebración fue todo un éxito. Por la nave central, con sus pasillos, y por la capilla del Santísimo no entraba ni un alfiler.
Más de 40 niños se sentaron en el suelo junto al presbiterio, portando banderitas flameantes con los símbolos de ‘Paz’, ‘Caridad’, ‘Apoyo’, ‘Bondad’ y ‘Misericordia’.
Ya en la homilía, D. Fernando, haciendo mención al Evangelio, destacó que “para la Iglesia somos todos necesarios, por la misericordia del Señor, para conocer la fe desde el más grande hasta el último niño. Paz, misericordia, comprensión con la alegría de Jesús para crecer en torno a nuestra patrona”.
Antes de la bendición, Dña. Amparo recitó de memoria una poesía que dejó atónitos a todos los presentes.
Terminada la Eucaristía solemne, se celebró la procesión de la imagen de Nuestra Señora de la Paz por las calles de la ciudad, con esa paz y alegría que contagiaba.