evangelizadoresweb Más de 30 fieles de la Parroquia Inmaculada Concepción de Alcorcón se animaron a salir a evangelizar por las calles de su ciudad el pasado 2 de abril, día de la Divina Misericordia, acompañando a los miembros del grupo de primer anuncio Koinonía.
Esta comunidad de evangelizadores, surgida de la Parroquia Santo Domingo de Guzmán (Humanes) por iniciativa de su párroco, D. Óscar Martínez, está dirigida a aquellas personas o grupos eclesiales de cualquier edad que sientan inquietud por evangelizar en las calles.
En esta ocasión, estuvieron con los fieles de La Inmaculada 14 miembros de Koinonía, llegados de diferentes puntos de la Diócesis. Unos se quedaron en el templo rezando por los frutos de la evangelización y otros salieron a acompañar a los fieles que se sintieron llamados por el Espíritu Santo para salir a la calle.
La preparación para evangelizar por Alcorcón comenzó a las 17.30 horas con la alabanza y una formación para todos los feligreses de la parroquia que estaban interesados.
D. Javier Bernal, responsable laico de Koinonía en Getafe, y el sacerdote D. Óscar Martínez dieron “pautas para salir a evangelizar”, para que el Señor “toque corazones”. De esta forma, los que sintieran esta llamada de Dios para dar testimonio de su fe irían acompañados por un veterano, siempre por parejas.
A continuación tuvo lugar el rezo del Rosario con la comunidad parroquial y, a las 19.30 horas, la celebración de la eucaristía, para encomendar los frutos de los misioneros.
La misa estuvo presidida por D. Óscar Martínez y concelebrada por D. Ramón Alfredo ‘Pachús’ Mirada. En la homilía, D. Óscar, haciendo alusión al Evangelio (Jn 20, 19-31), animó a seguir el ejemplo de los discípulos de Jesús: “Transmitir lo que hemos visto, aunque encontremos por el camino algún incrédulo como el apóstol Tomás. Decir que ha pasado algo muy grande en nuestras vidas, que Jesús nos acompaña y confía en nosotros y que sólo nos puede tocar si nos fiamos de Él”.
Continuó la jornada con un ágape fraterno para compartir con Koinonía inquietudes y dudas. A partir de las 21.15 horas comenzó la exposición del Santísimo.
A las 22.00 horas, D. Óscar bendijo y envió a los misioneros. Mientras, un gran número de personas permaneció en el templo, rezando para que, con la ayuda de la oración, la Gracia de Dios moviera a las personas y ayudase a los evangelizadores a llevar su Palabra.
A la vuelta a la parroquia a las 23.30 horas, se hizo balance de los logros conseguidos. Llegó el momento de escuchar los testimonios de algunos de los misioneros, para hacer partícipes a todos los presentes de lo que habían vivido en esa intensa noche.
Estos evangelizadores mostraron lo maravillosa que es la vida cuando el Señor forma parte de ella y que no podemos ser egoístas y guardarnos lo que hemos tenido la suerte de conocer: el testimonio vivo de Cristo y de la Iglesia, que debemos dar a conocer al mundo e inundarlo del amor de Dios.