misioneradosweb Niños y adultos de toda España participaron los días 23 y 24 de abril en el Festival Nacional de la Canción Misionera, que este año tuvo como anfitriona a la Diócesis de Getafe con motivo de la Gran Misión y del Año de la Misericordia.
Participaron grupos de Alcalá de Henares, Alicante, Almería, Astorga, Badajoz, Bilbao, Granada, León, Madrid, Murcia, Orense, Palencia, Plasencia, Santander, Vigo, Valladolid y Zamora.
Nuestra Diócesis también estuvo representada por grupos de Leganés, Alcorcón, Ciempozuelos, Brunete, Aranjuez, Boadilla del Monte y Getafe.
Cristianos Sin Fronteras, grupo que organizaba este evento multitudinario, junto con José Beltrán y la Delegación de Misiones de Getafe, preparó varias actividades para los dos días del encuentro.
La cita comenzó en la mañana del sábado en la plaza de la Catedral de Getafe, con una bienvenida con globos en forma de corazón y la acogida de todos los grupos participantes.
Unidos emprendieron la marcha hacia la Parroquia Santa Maravillas de Jesús, donde se celebró el certamen musical de forma simultánea en el templo y en el auditorio, en el que cantaron 18 grupos.
Destacó la labor de los equipos de animación y de los voluntarios (VAS), sin los cuales no se hubiera podido hacer nada.
Con las menciones y con un ambiente alegre terminó el Festival no sin un poco de lluvia que quiso sumarse al evento, aunque pasó pronto y no impidió que continuasen las actividades previstas: la gymkana y la Vigilia. Esta última se celebró en la Catedral, donde la gente pudo entrar por la Puerta de la Misericordia con el fin de lucrar la indulgencia plenaria. El cantautor Migueli amenizó la velada con sus canciones.
El domingo, los participantes emprendieron la marcha hacia el Cerro de los Ángeles, a donde llegaron a las 11.00 horas para celebrar la eucaristía que presidió el obispo D. Joaquín María López de Andújar, acompañado del director nacional de Obras Misionales Pontificias (OMP), D. Pedro Luis Cea, y del delegado diocesano de Misiones, D. Juan José Alonso Somalo.
La celebración fue muy alegre, acompañada por las guitarras y los cantos de José Beltrán y, de nuevo, la gran labor de los voluntarios para ayudar, animar y atender en lo que hiciera falta.
El obispo animó a todos a ser misioneros y a ayudar a las personas que más lo necesitan y que son marginadas por la sociedad, tal y como lo hacía el Señor. Y como lo hacen los misioneros que dan la vida por ellas en todo el mundo, acogiendo con misericordia a todos los que sufren.
Con la entrega de premios finalizó la misa y todos los grupos emprendieron viaje de vuelta a sus lugares de origen