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Decenas de niños y mayores se unieron en Getafe a la celebración diocesana de ‘Holywins’ el 31 de octubre, víspera de Todos los Santos, en una iniciativa organizada por el grupo de evangelización Koinonía en la Catedral y su plaza con el objetivo de expresar públicamente que la santidad, a la cual todos los bautizados estamos llamados por ser nuestra vocación primera, es la que vence todos los obstáculos.
Y lo hicieron mediante la fiesta de los niños, en la que tanto éstos como los adultos participaron disfrazados y en donde se pudo ver a un angelito bebé al que habia que ayudar junto a otro adulto de más de cien kilos (en la foto) o a Santa Gema con un San Francisco.
Canciones, bailes, juegos y disfraces manifestaron a todo aquel que se acercó a la Plaza de la Magdalena que la santidad es motivo de una alegría verdadera que los católicos queremos compartir.
Tras la fiesta de los niños y la celebración de la eucaristía, que presidió el obispo diocesano D. Joaquín María López de Andújar, se llevó a cabo una acción evangelizadora en la que la alegría y el gozo vividos durante la tarde se extendieron a las calles de Getafe.
Los misioneros las recorrieron por parejas anunciando a todo el que se encontraban (creyentes, agnósticos, ateos o de otras religiones) que Jesucristo vivo ama a cada uno con locura, y les invitaban a pasar al interior del templo a encontrarse personalmente con Él, que les esperaba expuesto en la custodia.
Más de cien personas, algunas todavía con sus disfraces de zombis o brujas, entraron a lo largo de la noche a ponerse a los pies del Señor, como muestra de que la luz de Jesucristo vence toda oscuridad.
De este modo constataron cómo la fiesta de ‘Holywins’, que comenzó en la Diócesis de Getafe hace tres años como un pequeño grano de mostaza, según les dijo D. Joaquín, va siendo cada vez más conocida y celebrada y convirtiéndose en seña de identidad de los católicos, que expresamos así nuestra firme creencia en la comunión con la Iglesia del cielo.