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La Asociación Pan de Vida para Nicaragua regaló alegría y nostalgia el pasado 16 de noviembre en la Parroquia La Inmaculada (Alcorcón) con un festival de villancicos que tenía como objetivo mantener viva la tradición de celebrar con cánticos la Navidad y recaudar fondos para sus proyectos sociales.
Los encargados de transportar a los fieles que se dieron cita en La Inmaculada a esa ‘Noche de paz’ fueron los miembros del coro Salesianos Estrecho, que fueron gratuitamente y por segunda vez a esta parroquia para aportar su granito de arena en la causa de los más desfavorecidos.
Dirigido por Abdón Curto, un conjunto de más de 20 voces celestiales tomó las escaleras del templo para entonar durante una hora los grandes éxitos de la música navideña.
Desde unas ‘Joticas al Niño’, pasando por las ‘Campanas de la mezquita’, el coro hizo un recorrido por los villancicos más tradicionales de nuestra geografía española, con la cadencia típica de cada región.
Además, traspasaron las fronteras para cantar en francés el tema ‘Les anges dans nos campagnes’; en inglés ‘Christmas lullaby’, o incluso en alemán, con la ya tan reconocida ‘Noche de paz’, que animaron a cantar en español a todos los presentes.
No faltó una referencia a las canciones de anuncios de sobra conocidos como ‘Vuelve a casa por Navidad’ o ‘Las muñecas de Famosa’. No se dejaron nada en el repertorio.
En definitiva, fue una tarde mágica para una causa más mágica aún que permitió que, por unos pocos euros, 150 niños puedan acceder a algo tan básico como la alimentación.
Como nos recuerda la encíclica ‘Laudato si’ del papa Francisco, esta Navidad es tiempo de consumismo exacerbado. Y nuestra voluntad puede hacer que nosotros no caigamos en esa tentación. Sólo en España se despilfarran al año miles de kilos de comida, y la mayor parte de ese desperdicio se origina en los hogares. Mientras nosotros tiramos, los niños de Nicaragua pasan hambre. El ser cristiano también es eso: salir a las periferias y compartir con el que no tiene.
Como dijo Iria Fernández, la presidenta de Pan de Vida para Nicaragua, “el mejor regalo de Reyes es hacerse socio de la asociación. Vivir sencillamente para que otros puedan vivir”.