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La Parroquia Santos Justo y Pastor (Parla) acogió la celebración de la festividad de la Sagrada Familia el 30 de diciembre, con un marcado ambiente de alegría y de oración y con la presencia del obispo diocesano, D. Joaquín María López de Andújar; el delegado de Familia, D. Álvaro Ojeda; el párroco, D. Jaime Bertodano, y otros sacerdotes del arciprestazgo de Parla y de otras parroquias de la Diócesis.
La celebración comenzó con el rezo del Santo Rosario, en el que cada misterio estuvo precedido por un pequeño testimonio.
Para el primer misterio, una niña de Valdemoro contó cómo en su familia tratan de tener presente a Dios en cada momento del día, empezando por el ofrecimiento de obras cada mañana y acabando con una pequeña oración de acción de gracias por el día vivido.
El segundo misterio fue precedido por el testimonio de una pareja de novios de Ciempozuelos convertidos recientemente. Hablaron de cómo su relación empezó de la manera más sencilla, con Dios en el centro desde el principio. Fue creciendo el deseo de que su noviazgo fuera un camino hacia la santidad, motivo por el cual, junto a otras parejas de novios de la Diócesis, han formado un grupo donde poder compartir experiencias e inquietudes.
El tercer testimonio fue el de una esposa casada con un hombre divorciado. Ella compartió la dureza de su situación, ya que experimentó los juicios y las críticas de la gente de su alrededor, e incluso de ella misma. A través de sus palabras se comprueba cómo la Iglesia es verdadera cuando acoge e integra a cada familia en sus distintas realidades.
En el cuarto misterio, una abuela de Parla contó cómo vive el día a día con sus hijos y sus nietos, teniendo muy presente a santa Ana, abuela de Jesús. El contacto con sus nietos es para ella rejuvenecer, y lo siente como una segunda maternidad, educándolos, como lo hizo con sus hijos, en la fe.
Para concluir el Rosario, el obispo D. Joaquín también habló de su feliz infancia y del especial momento del discernimiento de su vocación. Compartió el dolor por la pérdida de su hermana, que, con sólo 28 años, falleció en un accidente de coche. Esta circunstancia tan dolorosa supuso una mayor unión en el matrimonio de sus padres y entre la familia, y un mayor acercamiento a Dios.
La jornada concluyó con la celebración de la eucaristía, presidida por D. Joaquín, que animó a todos los presentes a cuidar la familia y a valorar su belleza sabiendo que Dios había querido nacer en una.