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La Parroquia Nuestra Señora de La Saleta acogió el pasado 4 de marzo una charla-coloquio en torno a la vida y a la obra de la madre Teresa de Calcuta, que pronunció Dña. Victoria Escudero, feligresa de esta parroquia y gran conocedora de la vida de la santa.
Fue una conferencia sorprendente y catequética que se adentró en la vida de la madre santa Teresa a través de las imágenes que se fueron proyectando y de la explicación que Dña. Victoria desarrolló.
Gran conocedora de su vida por haber estado como voluntaria en Calcuta y haber estudiado intensamente su vida, habló sobre el proceso profundo que fue conformando su vida a lo largo del tiempo, hasta terminar en lo que ella tanto deseaba y tantas veces pidió a Dios: dejarlo todo en su más humilde pobreza y entregar su vida a los más pobres de Calcuta, que para ella eran el fiel reflejo del rostro de Jesucristo clavado en la cruz. 
Fue sorprendente porque la vida de madre santa Teresa apenas se conoce si no es por los medios y las pocas lecturas que se hacen de ella.
Dña. Victoria expuso cómo la oscuridad de la noche fue una constante para madre Teresa, ya que había experimentado un alto grado de unión con Dios, y el cambio no sólo fue sorprendente, sino agonizante, incapaz de sentir su presencia como antes lo sentía  .
“Si alguna vez llego a ser santa, seré santa de la oscuridad. Estaré continuamente ausente del cielo para encender la luz de aquellos que en la tierra estén en la oscuridad”, dijo madre Teresa. Ése fue el coste de su misión, que viviría en “terrible oscuridad”.
La charla fue catequética. Entre las palabras de Dña. Victoria y de los asistentes, se dio una perfecta transmisión de inquietudes sobre el significado de Dios en la vida de las personas, a través de lo que supuso para madre Teresa no sólo el silencio de Dios en su vida, sino la grandeza y la alegría de saber que estaba cumpliendo con la misión que, sin darse cuenta, le iba llevando hacia donde más se la necesitaba, junto a los pobres de la tierra, para entregar y dar su vida por ellos.
Se experimentó dónde puede estar nuestra fe, hasta dónde puede llegar y, sobre todo, estar seguros de que en la confianza y la fe en Dios se pueden realizar aquellas obras que, por muy difíciles que nos parezcan, se pueden conseguir con su ayuda: hacer visible el Reino de Dios en la tierra, no sólo en los pobres de recursos económicos, sino en los ricos de dinero y pobres y vacíos en lo profundo de su corazón, porque su vida, cuando está en la ambición y en el poder, queda vacía de sentido.
La conferencia resultó muy rica no sólo desde el punto de vida humano, sino desde la fe y la confianza en un Dios que no nos abandona, y, como le ocurrió a la madre santa Teresa de Calcuta, aunque pasemos por noches oscuras, el Buen Dios nos ilumina el camino que debemos seguir, para ser, como ella decía, “un lápiz en las manos de Dios. Él se encargará de escribir para mostrar su grandeza”.
La charla dejó un interrogante: saber cuándo será la próxima para asistir nuevamente y descubrir la grandeza de una pequeña gran mujer que el mundo lloró a su muerte, sin haber tenido más que sus pobres y callosas manos, siempre abiertas y dispuestas a ayudar a los más pobres de la tierra.