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El fin de semana del 31 de marzo al 2 de abril, 430 jóvenes de la Diócesis peregrinaron en la tradicional Javierada al castillo de san Francisco Javier de la mano de la Delegación de Juventud, bajo el lema ‘Él lo es todo’ (Si 43, 20).
Tras una primera etapa de autobús, el viernes hicieron noche en Tudela.
Al día siguiente partieron temprano hacia la Foz de Lumbier, desde donde comenzó la marcha que llevaría a los peregrinos hasta el castillo de Javier.
La caminata fue momento para reflexionar, rezar el Rosario y el viacrucis, empaparse con la lluvia que acompañó a los jóvenes en varias ocasiones, y compartir bromas, canciones y conversaciones profundas.
El sacerdote Borja Muriel lo dejaba claro: “Dios va a derramar sobre vosotros toda su gracia en cada momento. Dependerá de vosotros acogerla y no conformaros con ser unos cristianos mediocres”.
Una vez en Javier, el padre Fernando Burgaz ilustró en su homilía cómo Jesucristo, “sonriendo desde la cruz, transformó la vida de san Francisco Javier y puede cambiar la nuestra”.
Los frutos de la peregrinación fueron ofrecidos a los pies de la Virgen ya de regreso a casa, en la eucaristía que el obispo diocesano, D. Joaquín  María López de Andújar, presidió en la Basílica del Pilar de Zaragoza la tarde del domingo, y que ponía el broche a la peregrinación.
En su homilía, el obispo destacó que Jesús también nos dice hoy “levántate, sal fuera y resucita a una vida nueva”. Los jóvenes de la Diócesis han renovado su compromiso con Jesucristo, sabiendo que el que entrega todo al que es Todo, sin condiciones, verá cómo su vida se llena de amor y de alegría.