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La Pastoral Obrera de la Diócesis de Getafe celebró el pasado 27 de abril una eucaristía en la Parroquia Sagrado Corazón (Alcorcón), con motivo del Día Mundial de la Salud y la seguridad en el Trabajo y de la fiesta de San José Obrero.
La ceremonia fue presidida por el vicario general, D. José María Avendaño Perea, y concelebrada junto a cinco sacerdotes.
D. José María comenzó su homilía señalando que, para realizar su misión, el cristiano necesita que su vida sea contemplativa de la palabra de Dios y de la vida, de las realidades de sufrimiento de tantas personas del mundo obrero, como la de los jóvenes que aún no han podido tener su primera experiencia laboral.
Además, señaló que hay ser hombres y mujeres de oración para transmitir el mensaje de Cristo con palabras y gestos y para poder aliviar así el sufrimiento y aportar esperanza.
Con su presencia, el cristiano debe denunciar la situación laboral y reclamar un trabajo digno, que ponga al hombre en el centro de la creación, porque, como dijo el papa Francisco, “el trabajo que no es justo, que no es digno, está en contra del plan de Dios”.
La Doctrina Social de la Iglesia es el corazón de la propia Iglesia. No podemos caer en una ética minimalista, en una vida cristiana mediocre. Hay que aliviar el sufrimiento en la medida de nuestras posibilidades y con los medios que nos da la Iglesia, y acompañar, tocar las llagas de los caídos al borde del camino, tocar las llagas del parado.
“Este acompañar, este anunciar a Jesucristo, debe ser un acompañamiento de verdaderos apóstoles, desde la humildad, pero con la valentía del Evangelio para llevar la Buena Noticia al mundo del trabajo”, terminó diciendo el vicario general.