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Los fieles de la Parroquia Nuestra Señora de la Salud (Leganés) despidieron el pasado 25 de junio a la comunidad de Misioneras Dominicas del Rosario, que abandona esta localidad tras 23 años para atender otras necesidades.
En la eucaristía hubo un tiempo para recordar la labor de algunas de las religiosas, siempre entregadas a los más pobres, a los marginados y a los drogodependientes.
Las dominicas han destacado por su labor desinteresada y por saber encontrar en los rostros sufrientes de estos hermanos pequeños la cara de Dios.
También han desarrollado una labor incombustible en las pastorales infantil y juvenil, en el grupo de Liturgia y en el coro.
Otro momento emotivo de la jornada fue también la despedida que la comunidad brindó a D. Andrés Felipe Castaño Ossa, vicario parroquial durante los últimos cuatro cursos pastorales.
Procedente de la humilde Diócesis colombiana de Jericó, D. Andrés había llegado a la Diócesis de Getafe para realizar estudios de Liturgia en la Facultad de Teología de la Universidad San Dámaso de Madrid.
Todos evocaron con emoción cuando, a finales de octubre de 2013, llegó a la parroquia recién ordenado, con la maleta cargada de ilusiones y con las fuerzas típicas del joven sacerdote.
Ya han pasado casi cuatro años y, durante ese tiempo, D. Andrés supo ganarse el corazón de niños, jóvenes, adultos y mayores con su alegría llena de Evangelio, con su naturalidad, su humildad y su labor pastoral entregada en todos los grupos que conforman la vida de la comunidad. Ha sido un tiempo en el que le han visto crecer no sólo como persona, sino también como sacerdote.
Fue un día para el recuerdo y la emoción, pero también para dar gracias al Señor por el ejemplo dado y por la huella dejada por las Misioneras Dominicas del Rosario y por D. Andrés.