centinelas2017

Jóvenes de toda España de entre 14 y 29 años- una buena parte de ellos miembros de la Renovación Carismática Católica de España (RCCE)- se encontraron del 22 al 30 de julio en el Colegio Seminario de Rozas de Puerto Real para celebrar el 50 aniversario de este movimiento y continuar profundizando en su llamada a ser ‘centinelas’, como discípulos misioneros de Jesús para toda la vida.
Los adolescentes realizaron en esos días un campamento junto con 30 monitores con los que vivieron juegos, gymkanas, enseñanzas, oraciones y muchos momentos de compartir.
Los jóvenes, a partir de 18 años, tuvieron en esos días un festival joven con varios predicadores (Yuan, de República Dominicana, el Padre Ángel, de Soria y Marty Wood de Inglaterra); tiempo de talleres con invitados como Tote y Cristy (Alpha España), María Vallejo Nájera, ‘Llenadegracia’, ‘MayFeeling’, fundadores de C21, Pablo Ginés (Religión en libertad), ‘Gift&Task’, ‘Paz Matud’, Marta Páramo, o Ayuda a la Iglesia Necesitada, entre otros y misiones de evangelización en el Hospital Puerta de Hierro, en Basida, en los comedores sociales de Getafe, frente a abortorios y visitando a los enfermos de las parroquias cercanas y residencias de ancianos. ¡Incluso pudieron disfrutar del concierto de Edwin (Inglaterra)!

Los jóvenes fueron con la intención de celebrar las bodas de oro de RCC en el mundo y Dios les bendijo saliendo a su encuentro.
El campamento contó con los ingredientes propios de una Iglesia en salida y lista para vivir en misión: conversión personal, la posibilidad de descubrir su corazón misionero y de vivir una espiritualidad encarnada en el sufrimiento de sus hermanos... y para culminar todo, una macro evangelización a través de la alegría, la gratuidad total y la acogida. ¡Un planazo!
Dios les respondió permitiéndoles experimentar el amor fraterno, la unidad, la familia y una vivencia nueva de lo que es la entrega en su vida. No una entrega parcial donde cada uno se reserva sus espacios de seguridad, sino una entrega total donde se asumen riesgos y se pone la vida en jaque para provocar el cambio que quieren ver en la sociedad.
Dios les recordó que hay que hablar en el lenguaje de la comunión (vivir en unidad, en común-unidad) y de la unción (vivir en obediencia al Espíritu Santo), dejándose llevar por Él más allá de las propias seguridades y las expectativas personales.