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Un grupo de jóvenes de la Parroquia San Carlos Borromeo (Villanueva de la Cañada) participó durante el mes de agosto en un campamento en Holanda con el fin de conocer más profundamente el método de pastoral con adolescentes Lifeteen.
El campamento en Holanda estaba destinado a jóvenes de entre 13 y 19 años y en él se utilizaba este método para acercarles a Dios.
Lifeteen hace catequesis más atractivas para la juventud, mediante recursos digitales y las redes sociales, así como la música, el humor, la amistad, la confianza y la espiritualidad cristiana.
La clave de sus sesiones, que sustituyen a la tradicional catequesis, es la búsqueda de la novedad y la ruptura de la monotonía mediante la experiencia de un Dios que sorprende cada día manteniendo la fe viva. Por eso, cada ‘Noche Life’ ofrece una ambientación y una puesta en escena, diferentes.
La representación de la Parroquia San Carlos Borromeo en este campamento estival en Holanda estuvo integrada por Melany Estrada, Alejandra Errandonea, Sofía Rousset, Luisa Estrada y Samuel Díaz.
“Al principio no sabíamos muy bien dónde nos metíamos, pero, en cuanto llegamos allí y vimos la gran acogida del equipo organizador, la cercanía y la atención con la que nos trataban, nos sentimos muy cómodos y con más ganas de descubrir qué nos habían preparado esas personas que no paraban de sonreír”, aseguran estos jóvenes.
“La primera sorpresa llegó en la eucaristía. Para empezar, al lado del altar había material audiovisual. La música es algo importantísimo en Lifeteen. Ellos mismos nos comentaron cómo la adoración y la alabanza fluían al ritmo de la música. Además, se acompañaban de las manos y la expresión, por lo que podíamos ver que verdaderamente sentían la oración”, explican los representantes de San Carlos Borromeo.
“Las sesiones empezaban con un sketch, que era una especie de actuación humorística relacionada con el tema que se iba a tratar. Después, había un proclaim en el que uno de los monitores leía un fragmento del Evangelio y contaba una experiencia personal relacionada a modo de testimonio, y finalmente había reuniones en pequeños grupos con preguntas para debatir. Y, por supuesto, como no podía faltar en ningún campamento, estaban los juegos. Cada día, los monitores nos tenían preparadas verdaderas gymkanas multiaventura que nos ayudaban A acercarnos más a nuestros compañeros, a confiar en ellos, a colaborar y a pasárnoslo bien mientras hacíamos comunidad”, cuentan.
La experiencia ha sido inolvidable para estos jóvenes de Villanueva de la Cañada. “Nos ha acercado más al Señor y hemos descubierto una manera de alimentar una fe que nunca se sacia y siempre busca más. Con este viaje hemos experimentado cómo se puede amar a Cristo en circunstancias y lugares en los que es más difícil crear una gran comunidad en la que vivir la fe y poder compartirla. Y volvemos con muchas ganas de empezar el nuevo curso con Lifeteen y deseando ser instrumento para la obra de Dios con los jóvenes”, aseguran.