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Rodeado de familiares, de amigos Y de una entusiasta comunidad parroquial el sacerdote diocesano D. Francisco Javier Arias Juárez tomó posesión el pasado 28 de octubre de la Parroquia Santa María de los Ángeles (El Bercial, Getafe), durante una solemne ceremonia eucarística presidida por el obispo D. Joaquín María López de Andújar.
Con una actitud de alegría, de confianza y de humildad, D. Francisco Javier, conocido por todos como Paco, recibió de manos del obispo los símbolos del  ministerio sacerdotal: la llave de la iglesia, lugar donde se reúne la comunidad y que ha de ser cuidada como su propia casa; la sede, recordatorio del servicio de presidir las celebraciones de la comunidad; la pila bautismal, donde a través del sacerdote se renace a la fe por el agua y el Espíritu; el confesionario, donde el párroco celebra el sacramento de la bondad y la misericordia del Señor y, por último, la llave del sagrario, lugar privilegiado para la adoración y la oración, sitio en el que D. Joaquín pidió al nuevo párroco “que cuide de que esa luz permanezca siempre ardiendo para señalar la presencia del Señor”.
Confiado en Jesucristo y envuelto por la vocación sacerdotal que le fue concedida por intercesión de la santísima Virgen María, D. Francisco renovó ante el obispo las promesas que hizo el día de su consagración sacerdotal y contestó con un decidido y generoso sí a las preguntas de D. Joaquín.
En su homilía, D. Joaquín agradeció a todos los sacerdotes que han formado parte de la Parroquia Santa María de los Ángeles y manifestó su gozo por la llegada de D. Francisco, diciendo: “Hoy recibimos con alegría al nuevo párroco, que viene con deseos de servir y de hacer presente entre nosotros al mismo Cristo, pastor de la Iglesia”.
Con gran emoción y fidelidad, D. Francisco dio las gracias a su familia, a sus amigos, a sus hermanos sacerdotes, a su comunidad parroquial por acogerlo con cariño y respeto, al grupo de catequistas, al coro de niños y al coro de adultos, a los dos grupos de Acción Católica -el de jóvenes y el de adultos-, al grupo de Cáritas, al grupo de mujeres fieles que rezan el santo Rosario en la capilla, a la Hermandad del Apóstol Santiago y Santa María de los Ángeles y a todas las personas que confían en el desempeño de su labor como sacerdote.
“¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?. Mi corazón canta a Dios, agradecido por tanta gracia y tanto don derramado en mí”, exclamó D. Paco ante sus feligreses al finalizar la ceremonia.
El nuevo párroco subrayó su agradecimiento a Dios y a la Virgen María por llamarle a su ministerio y por la confianza brindada, a través de su obispo, para emprender la “nueva tarea pastoral de cuidar, de velar, de enseñar”.
Asimismo, recordó las palabras de Jesucristo: “No he venido a que me sirvan, sino a servir”. “A eso vengo yo”, concluyó el nuevo párroco, convencido de “imitar a Aquél que nos ha servido y ha entregado su vida por nosotros para nuestra salvación”.