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El lunes 26 de febrero tuvo lugar el primer encuentro del clero diocesano con el nuevo obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán. La Parroquia Santa Maravillas de Jesús, en el municipio de Getafe, acogió a más de 260 sacerdotes que quisieron recibir y escuchar de primera mano las palabras de su nuevo pastor. Después de rezar juntos a las 12 del mediodía la Hora Intermedia en el templo, los asistentes se trasladaron al auditorio, donde Monseñor García Beltrán escuchó en primer lugar la presentación que los trece arciprestes hicieron de la realidad diocesana.
A continuación, el prelado se dirigió a su presbiterio manifestándoles que llega a la Diócesis “con mucha libertad y mucha ilusión”, y consciente de que “el obispo no puede hacer nada sin sus sacerdotes. Por tanto, yo os necesito, y no son palabras bonitas”. Manifestó a continuación que el primer colaborador con el que cuenta es su obispo auxiliar, D. José Rico Pavés, que se encontraba en la mesa presidencial, donde también se hallaba el vicario general, D. José María Avendaño.

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Después de expresar la impresión que le causa llegar a una diócesis dieciséis veces mayor en número de fieles que la de Guadix, aseguró, no obstante, que este hecho no le produce miedo. Insistió a los sacerdotes en la importancia de la realidad del presbiterio, de la comunión entre los sacerdotes con el obispo y entre ellos. La unidad y la fraternidad debe ser un signo para el mundo, aunque unidad no signifique uniformidad.

En segundo lugar, alertó a los asistentes a no dejarse llevar por las imágenes -a veces deformadas- que presentan del obispo -o de los sacerdotes- las informaciones de las páginas webs o de las redes sociales.

También tuvo palabras de agradecimiento para su antecesor, D. Joaquín, que le ha acogido como un verdadero hermano desde que se dio a conocer su nuevo nombramiento.

Entre algunos de los temas que afrontó fue la importancia de cuidar los Seminarios -el mayor y el menor- y recordó que la pastoral vocacional la debemos llevar adelante entre todos; “la delegación de pastoral vocacional es el presbiterio”, aseguró.

La vida consagrada, la juventud y la familia, las asociaciones y movimientos, y las personas necesitadas también fueron objeto de reflexión preferente del nuevo obispo. No olvidó tampoco la importancia de mantener unas relaciones fluidas con las distintas realidades sociales e institucionales, “porque la Iglesia no somos una isla”.

Recordó a continuación el riesgo de la “autocomplacencia”, y de la necesidad de salir a buscar al altísimo porcentaje de fieles que no acuden a nuestras comunidades. Terminó pidiendo que “confianza y lealtad” sean las coordenadas con las que se relacionen con él los sacerdotes, con los que quiere llevar adelante próximamente -junto con el resto de realidades diocesanas- un plan de evangelización.