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Los grupos de Acción Católica (AC) de Alcorcón, Boadilla del Monte, Getafe, Móstoles y Pelayos de la Presa se reunieron el pasado 22 de septiembre junto al obispo D. Ginés García Beltrán para celebrar su primera reunión de curso, compartir experiencias y analizar las actividades que organizarán este curso en clave de Nueva Evangelización.
Esta jornada tuvo lugar en el Seminario Mayor de Getafe, y comenzó con una oración y con la presentación de los grupos parroquiales de AC que se habían desplazado hasta allí.
Susana Monge, presidenta de AC, repasó el curso pasado y esbozó los desafíos del curso que acaba de iniciarse.
El tema principal elegido este año, que será transversal a todas las actividades, es la Nueva Evangelización.
Los asistentes recibieron un calendario con las principales fechas del nuevo curso.

 

De manera simultánea a esta reunión, comenzaron las actividades para los niños y los jóvenes, que, divididos en grupos por edades, participaron del programa preparado por los monitores, algunos de ellos veteranos en los campamentos de verano de Tortosa.

Por su parte, los adultos fueron repartidos en grupos, para analizar diferentes casos de actualidad y estudiar qué proyectos evangelizadores se pueden plantear en las comunidades parroquiales.

Los grupos redactaron sus propuestas, que fueron expuestas al conjunto de los participantes, que tuvieron la posibilidad de plantear sugerencias o realidades que ya se viven en las parroquias.
La actividad se desarrolló en un ambiente ameno, en el que cada uno aportó su experiencia o compartió testimonios que ayudaron al resto.

Una vez finalizada la reunión y la dinámica de grupos, el obispo D. Ginés celebró la eucaristía.
El obispo diocesano alentó con sus palabras en la homilía a la apertura de las comunidades y a perseverar en la labor evangelizadora de AC, pero “siempre desde la visión de Dios para ser sal y luz del mundo”.
De manera extraordinaria, los miembros que ya dieron el paso de la militancia a la Acción Católica renovaron sus votos al  finalizar la homilía.

La eucaristía estuvo acompañada por los cantos que preparó el coro.
Tras la misa llegó el momento de la comida, en la que los distintos grupos compartieron las viandas que habían preparado, todo ello en un ambiente de fraternal convivencia.
Para poner el broche de oro a la jornada, todos los presentes elevaron a la Virgen una oración de consagración personal en la ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, para caminar con su compañía en este nuevo curso.