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El obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, visitó el Colegio Juan Pablo II (Alcorcón) el pasado 1 de febrero para celebrar la ceremonia de entronización de una imagen del Sagrado Corazón de Jesús que ocupa un lugar preferente en las instalaciones de este centro educativo gestionado por la fundación Educatio Servanda.
Esta iniciativa se enmarca dentro de la celebración del Centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús.
El prelado estuvo acompañado por los capellanes del colegio y por algunos sacerdotes del arciprestazgo de Alcorcón, así como por el equipo directivo del centro educativo, por los docentes y por varios cientos de alumnos.
El director del colegio, Carlos Martínez, habló en la monición de entrada de la importancia del Sagrado Corazón, recordando el acto del rey Alfonso XIII en la inauguración del monumento al Sagrado Corazón en el Cerro de los Ángeles (Getafe) cien años atrás.
En su homilía, D. Ginés indicó que el Sagrado Corazón palpita en el colegio, pero que “eso sucede cuando nuestros corazones descansan en el de Jesús”.
“El corazón es un órgano central de tu vida y, al dárselo a Jesús, le damos todo lo que tenemos. Por eso, nosotros somos pequeños granos de mostaza en su Corazón y, si le dejamos, nos hará grandes y fuertes”, dijo el obispo.
D. Ginés finalizó animando a los presentes a obedecer y a confiar en el Señor y a ser “valientes para vivir y manifestar la fe”, todo ello bajo el amparo de la Virgen María y de san Juan Pablo II.
Una vez finalizada la santa misa se realizó una procesión hasta el patio, donde aguardaban la estatua del Sagrado Corazón y todos los alumnos del colegio.
Teresa López, subdirectora del centro, habló de la importancia de la entrega al Corazón de Jesus y, acto seguido, D. Ginés elevó una oración para que el Colegio Juan Pablo II “realice su vocación de educar en la verdad y colaborar en la construcción de la civilización del amor que nace de la redención”.
Por su parte, la subdirectora del colegio pidió que “todo lo que se haga y se diga, sufrimientos, trabajos e inquietudes, se ofrezcan al Señor para la redención de la familia y del mundo”.