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Decenas de fieles de localidades de la Diócesis de Getafe, como Casarrubuelos, Humanes o Torrejón de Velasco, junto con hermanos de Numancia de la Sagra o Illescas, participaron por primera vez en la peregrinación nocturna a Cubas de la Sagra que la Asociación de Devotos de Santa María de la Cruz organizó el pasado 2 de marzo para rezar por las almas del purgatorio.
Cada grupo salió de su lugar de origen para llegar a las 6.00 horas al Santuario de Cubas  donde todos unidos celebraron la eucaristía.
A ellos se sumaron  también las personas que, incapacitadas físicamente para la travesía nocturna, habían permanecido desde las 23.00 horas en adoración en el Monasterio de Santa María de la Cruz, acompañadas por los sacerdotes Gustavo Gutiérrez, párroco de Nuestra Señora de la Anunciación (Fuenlabrada), y Javier Merino, vicario parroquial en Santo Domingo de Silos (Pinto).
El grupo más numeroso partió desde la Parroquia Nuestra Señora del Pilar, en Valdemoro, a las 23.00 horas, encabezado por su párroco, Jorge Revuelta, y el sacerdote Luis Ángel Albares.
Con la oración del peregrino iniciaron un largo recorrido de 16 kilómetros, durante los cuales fueron rezando las estaciones del santo viacrucis, colocadas aproximadamente cada 1.500 metros, hasta llegar al Santuario de Santa María de la Cruz.
También salieron de sus respectivas parroquias los peregrinos de la Hermandad de la Santa Cruz y la Venerable Madre Juana de la Cruz, de Numancia de La Sagra, y los de la Parroquia Santo Domingo de Guzmán, de Humanes, estos últimos acompañados de su párroco, Óscar Martínez.
Los peregrinos fueron recibidos con emoción a su llegada por el rector del Santuario de Cubas de la Sagra, Enrique Conde.
A continuación se celebró una multitudinaria y festiva eucaristía, oficiada por los sacerdotes Jorge Revuelta y Luis Ángel Albares.
En su homilía, el padre Jorge destacó la importancia de pedir unos por los otros.
“Hemos salido de nuestras casas, de nuestros pueblos, en esta madrugada para pedir por nuestros difuntos, por todas las almas del purgatorio y por otras intenciones al Señor por medio de la Virgen. Somos Iglesia los que vivimos aquí ahora, pero también los difuntos y los santos. Unos pedimos por los otros. Nos ayudamos para llegar un día al cielo, a la gloria eterna. Manteneos firmes y constantes en la fe en las buenas obras. No os desaniméis. Dios nos ayuda”, dijo el sacerdote.
Durante la misa también se ofreció a los peregrinos la oportunidad de confesarse. 
Tras la celebración de la santa misa, todos los asistentes disfrutaron de un chocolate con churros.