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Lourdes Grosso, misionera idente directora del Secretariado de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española, intervino en el Congreso de Evangelización 'Sus heridas nos han curado' para reflexionar sobre el Corazón de Cristo como un misterio que se ha de orar.

 "En el corazón del Hijo está el Padre, por eso su oración es comunión con su Padre, nuestro Padre, y nos enseña que nuestra oración también es comunión de amor", señaló Grosso, quien recordó que "Jesús nos enseña a orar al Padre desde el propio corazón".

La responsable del Secretariado de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada también se refirió a las vocaciones en su exposición, que considera que son "buenas. Nos hacen bien porque recogen con gran belleza y expresividad lo que hay en el corazón pero no sabemos pronunciar", afirmó Grosso.

La oración, según la misionera idente, es un pilar fundamental para cualquier cristiano. Ante ella hay que tener tres actitudes: "La filiación (o tener conciencia filial), la confianza y el amor (esto es, vivir en estado de amor)".

La oración ha de transmitir "la confianza del Padre, que nos va introduciendo en el conocimiento de su infinito amor", explicó Grosso, que aseguró que "para orar hay que hacer silencio interior y ensanchar el corazón, porque orar es amar".