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Luis Ángel Albares tomó posesión el pasado domingo 13 de octubre como párroco de San Francisco de Sales, en Parla, en una ceremonia presidida por el obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, a la que pidió que las parroquias diocesanas sean “hogares acogedores”.

“Yo sueño con parroquias verdaderamente acogedoras, que sean hogares. No somos aduanas, sino un lugar donde encontrarse con Dios y donde vivir la caridad y la fraternidad. Para todos, los que tienen más o menos, los que saben más o menos, los de aquí y los de fuera”, afirmó D. Ginés durante la ceremonia de entrega de las llaves del templo de Parla al padre Luis Ángel.

El obispo agradeció al anterior párroco su labor, recordando que "la Iglesia se fundamenta sobre la sucesión apostólica”. 

“Si hiciéramos una cadena, sería ininterrumpida desde Pedro hasta Francisco; pues igual la cadena apostólica, desde los doce iniciales a todos los que se reparten por el mundo. Nuestro trabajo apostólico refleja esa continuidad y permanencia de la Iglesia", afirmó el prelado.

El obispo citó a dos Papas santos, san Juan XXIII y san Juan Pablo II, para hacer una breve reflexión sobre el papel de la parroquia. “Es la fuente del pueblo, donde todo el mundo va a beber, y la casa donde habitan sus fieles. La parroquia somos también nosotros y está en nuestras casas. Cada casa es parroquia”, aseguró.

El obispo recordó al nuevo párroco que su tarea es “hacer memoria de Jesucristo resucitado”. “El sacerdote no debe inventarse nada, sino anunciar a Cristo haciendo memoria de su presencia”, añadió D. Ginés, que resaltó que "la palabra de Dios no está encadenada a nada ni a nadie. Es libertad y da libertad". 

Citando el Evangelio de los diez leprosos, el prelado señaló que “debemos mirar a la gente como mira el Señor”. 

“Hemos de mirar más allá de nosotros. Cristo no sólo miró, sino que tuvo compasión de ellos”, dijo D. Ginés, que apuntó que “el ministerio sacerdotal es un ministerio de compasión, para caminar y padecer con el otro".

De los diez leprosos, sólo uno volvió a buscar a Jesús. Sobre este punto también insistió el pastor diocesano: "Mientras no haya agradecimiento, no hay reconocimiento del don, y sin este reconocimiento, las estructuras y todo lo demás sirven de poco".

Al terminar la ceremonia, el nuevo párroco dirigió unas palabras a la asamblea afirmando que desea vivir este encargo como un servicio, “tratando de responder a los nuevos interrogantes que la sociedad actual plantea”. 

“La catolicidad de la Iglesia es la respuesta a la división y al odio. Jesucristo es lo mejor, y el mundo, aunque no lo conozca, lo necesita", afirmó el padre Luis Ángel, que defendió recuperar la alegría de ser cristianos. 

"A veces se repiten gestos de fe, pero no se corresponden con una adhesión a Cristo. Que no nos venza el desánimo. El gozo nace de saber que nunca estamos solos, aun ante problemas que parecen insuperables", señaló el sacerdote, a cuya toma de posesión asistieron el alcalde de Parla y varios miembros de la corporación municipal, el director de la Policía Local y los directores de los colegios San Juan Pablo II y Santa Teresa de Calcuta.