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Unos 300 jóvenes de la Diócesis de Getafe participaron del 8 al 10 de noviembre en la peregrinación hasta el castillo de Javier (Navarra), acompañados del obispo D. Ginés García Beltrán. 

Esta actividad fue organizada por la Delegación diocesana de Juventud.

Los peregrinos, pertenecientes a distintas parroquias de la Diócesis (Alcorcón, Aranjuez, Arroyomolinos, Ciempozuelos, Fuenlabrada, Getafe, Griñón, Leganés, Móstoles, Navalcarnero, Parla, Perales del Río, Pinto, San Martín de Valdeiglesias, Valdemoro, Villanueva de la Cañada y Villaviciosa de Odón), junto a los seminaristas, al rector del Seminario, Jesús Parra, y al obispo D. Ginés García, y partieron el 8  de noviembre en autobús hasta La Foz de Lumbier. 

Desde esta localidad iniciaron a la mañana siguiente el camino a pie hasta llegar hasta Sangüesa, y desde allí, hasta Javier, donde se ubica el castillo del patrono de las misiones.

El 10 de noviembre visitaron este lugar y tuvieron ocasión de poner bajo el amparo del Cristo sonriente todas sus intenciones.

Para acabar, antes de regresar a la Diócesis, los peregrinos pudieron ganar el Jubileo Calceatense con motivo del milenio del nacimiento de santo Domingo de la Calzada, para lo cual celebraron la eucaristía en la Catedral de la localidad riojana en la que éste vivió.

En palabras de Rocío Antón, joven diocesana de 21 años, perteneciente a la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción (Arroyomolinos), ésta ha sido una Javierada especial porque “ha servido para afianzar los lazos de amistad que surgieron en la peregrinación a Guadalupe”.

Además, el tema tratado en la Javierada ha sido la amistad, bajo el lema ‘A vosotros os llamo amigos’, y los participantes han podido profundizar en el significado de cómo ha de ser la amistad humana y la amistad con Jesús.

“Uno de los momentos que más me han impactado en esta peregrinación fue el paso por la Puerta Santa de Santo Domingo de la Calzada, ya que en ella estaba representada la parábola del hijo pródigo, y durante el camino había estado hablando de ella con un amigo, explicándole su significado. Al verla y darme cuenta de lo que representaba, me sorprendí y me alegré”, recuerda con emoción Rocío.

“Otra cosa de las muchas que podría destacar de esta Javierada es la continua presencia de nuestro obispo D. Ginés, que viajó con nosotros en bus. En todo momento fue un peregrino más, demostrando así su cercanía con todos nosotros”, subraya esta joven de Arroyomolinos.