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Isabel Domarco, joven de Boadilla del Monte, profesó el pasado 7 de diciembre en el orden de las vírgenes consagradas, en una ceremonia presidida por Mons. Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado de Jerusalén, en la capilla de San Francisco, situada en complejo de la Basílica de la Natividad en Belén (Israel).

Domarco estuvo acompañada en la ceremonia por el párroco de Santo Cristo de la Misericordia (Boadilla del Monte), el sacerdote Javier Siegrist, así como por un buen número de familiares y amigos y por las hermanas del Hogar Niño Dios en Belén, donde ha estado sirviendo incansablemente durante años, ayudando a los religiosos del Instituto del Verbo Encarnado en su trabajo con niños discapacitados.

En su homilía, Mons. Pizzaballa recordó que la elección de Domarco representa un bien para toda la Iglesia, que a partir de ahora podrá contar con su precioso testimonio de fe viva. 

El arzobispo subrayó la perseverancia y la fe en la Providencia de Domarco, quien “ha elegido una condición de vida aparentemente loca e irreflexiva a los ojos del mundo, pero que encuentra un verdadero cumplimiento y plena realización en Cristo”.

El administrador apostólico instó a Domarco a que nunca se canse de recurrir a la oración, “una realidad que nutre la fe y santifica todas las buenas intenciones, incluido su voluntariado con los niños del Hogar Niño Dios, que, si no se acompaña de la oración diaria, corre el riesgo de seguir siendo un trabajo útil pero espiritualmente estéril”.

El momento de la consagración fue la culminación de un largo periodo de discernimiento personal y de un tiempo adecuado de formación, en el que la candidata profundizó en su autoconocimiento. 

Al final de este recorrido, Isabel Domarco pudo finalmente decir "sí" a su vocación, profesando solemnemente su elección de vivir la castidad "por el reino de los cielos".