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Los jóvenes de Valdemoro que han estado este verano de misión en Moscú  acompañados por el sacerdote diocesano Patxi Bronchalo regresaron a casa el pasado 30 de julio.

 

Allí han vivido 15 intensos días llenos de experiencias inolvidables, colaborando con las Misioneras de la Caridad, evangelizando y ayudando en varias tareas en las que Cristo se ha hecho presente.

El padre Patxi dice que fueron allí a dar la vida, “preparados para hacer cosas que quizás uno no sabe hacer, dando lo mejor de uno mismo y por amor a Dios”. 

“Sólo se nos pide entregarnos y amar en lo que hagamos. Dar la vida. Sea lo que sea”, explica este sacerdote de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, de Valdemoro.

Desde las tareas más sencillas, como cocinar platos típicos españoles, hasta representar una obra de teatro, vaciar una piscina de agua sucia o cortar madera, este grupo de misioneros “todo lo ha hecho por Dios”.

Han podido compartir oración y la eucaristía en diversas parroquias y con diversos grupos, y han regresado “con el corazón triste pero agradecido” y llenos del amor que Dios ha ido depositando en ellos a través de las personas que han conocido.

“Último día en Moscú. Sentimientos encontrados: agradecimiento por tanto bien recibido; alegría por todo lo vivido; pena por despedirnos de las ‘sisters’ y de los niños, y ganas de más. ¡Muchas ganas de estar aquí más tiempo! Creo que aún no somos conscientes de todo lo que han supuesto estos días en nuestras vidas. A la larga veremos cosas mayores, porque trabajar en la misión marca la vida con una huella de Dios muy especial”, explica este sacerdote de la Diócesis de Getafe.

Para despedirse de las hermanas y de los niños, el padre Patxi y los jóvenes compusieron una canción y les regalaron unos rosarios y un icono del Cristo de Javier.

 

Lee su experiencia completa: 

https://www.facebook.com/Patxi-Bronchalo-138433910223315/