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El pasado 8 de abril, Miércoles Santo, las hermanas Clarisas del Monasterio de la Encarnación de Valdemoro donaron 70 kilos de repostería casera elaborada por la propia orden religiosa a los médicos, enfermeros, auxiliares, celadores y personal de limpieza y seguridad que atiende a personas contagiadas por coronavirus en el Hospital Universitario Infanta Elena de esa localidad.

José Antonio Medina Pellegrini, capellán de las Clarisas, fue quien, en representación de la Madre Abadesa María Mercedes y de toda la comunidad de Clarisas, hizo entrega de dicho donativo.
En nombre de la directora médico del Hospital Infanta Elena, Dra. Marta Sánchez Menan, lo recibieron, Gema Sánchez Gómez, directora de admisión y Luz María González Morales, trabajadora social.
Ambas en nombre de todo el personal del Hospital hicieron llegar ese mismo día, por medio del Padre Medina, a la Madre Abadesa y a toda la comunidad de Clarisas la gratitud por tan noble gesto, que es un signo más, y en este caso entrañable, del cariño y de la valoración que el pueblo de Valdemoro tiene para con todo el personal de su Hospital en los difíciles momentos que estamos viviendo.
El martes 14 de abril, Gema Sánchez Gómez, responsable del servicio de admisión y del servicio de atención al paciente e información, hizo llegar a la Madre Abadesa María Mercedes, una carta de agradecimiento en la cual expresaba “espero ser capaz de transmitirle la ilusión y gratitud que nos ha generado los exquisitos dulces recibidos, que sabemos que con tanto cariño han elaborado desde el Monasterio”.
Y cuenta cómo fue la entrega al personal: “cuando los recibimos a través de nuestro capellán, José Antonio, decidimos hacer paquetes para hacérselos llegar a todo el personal que trabaja en el hospital, médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, microbiólogos, administrativos, trabajadores sociales, farmacia, cocina, limpieza, mantenimiento… intentando no olvidar ningún área, ya que todos sumamos con nuestro trabajo.”
El texto de la misiva, no sólo expresa la gratitud a las hermanas Clarisas, sino que es a la vez un sincero reconocimiento a la loable labor del personal del Infanta Elena: “Todos los profesionales están dando lo mejor de sí mismos en un objetivo común, ayudar a todos los pacientes y familiares en esta difícil situación que estamos viviendo, tanto a nivel físico como espiritual o anímico. Estamos viviendo una situación excepcional que sin duda nos está haciendo crecer como personas y como profesionales…”.
Pero la gratitud a las Clarisas, no es sólo por la repostería recibida, sino que: “las muestras de agradecimiento, como las que han tenido con nosotros al hacernos llegar los dulces, nos dan el aliento necesario para ir superando los baches que nos vamos encontrando en el camino y las duras situaciones que estamos experimentando. Saber que personas como ustedes, rezan todos los días por nosotros y por nuestros pacientes, nos reconforta y nos hace estar seguros que son nuestra retaguardia en esta lucha.”
Sánchez termina su carta, escrita en nombre de todo el personal del hospital, pidiéndole a la Madre Abadesa: “Por favor transmita nuestro más sincero agradecimiento al resto de Hermanas, asegurándoles nos han ayudado a tener una Pascua dulce y entrañable gracias a su gesto. Con la confianza en saber que no dejarán de rezar por nosotros, le saluda atentamente.”
Cabe destacar que, después de 400 años de existencia, este Monasterio de Clarisas fundado con tanta gloria está afianzado en la pobreza y humildad franciscanas. Actualmente está integrado por quince hermanas que han consagrado su vida a Dios en el silencio y en el ocultamiento de la clausura. Pero como expresaban en la carta que acompañaba su donativo al Hospital de Valdemoro: “… aunque encerradas en el Monasterio no somos ajenas a la impagable labor de los médicos, enfermeras y de todos los que trabajan en el Hospital Infanta Elena. Esta circunstancia nos ha movido a este pequeño gesto que, esperamos sirva de aliento y ánimo en estos momentos tan difíciles.”