ordenados2016

El obispo D. Ginés García Beltrán presidió el pasado domingo 24 de mayo la celebración de la solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos de manera presencial en la Catedral Santa María Magdalena (Getafe).
El prelado estuvo acompañado por el vicecanciller y secretario Guillermo Fernández, parte del clero catedralicio y los fieles que llenaron -siguiendo las recomendaciones de Sanidad- un tercio del templo.
El sacerdote Javier Ávila acompañó toda la celebración con la música del órgano.
D. Ginés quiso comenzar la celebración con unas breves palabras de alusión a las fiestas de Getafe y a la patrona de la Diócesis, la Virgen de los Ángeles “cuya imagen otros años por estas fechas nos acompaña en la Catedral y hoy está presente en nuestros corazones”.
En referencia a las lecturas del día y a la fiesta que la Iglesia celebraba, D. Ginés en su homilía recordó que “hoy, como los primeros discípulos estamos convocados por Cristo a celebrar el acontecimiento de la ascensión del Señor, que fue elevado a la Gloria.
“Para la Iglesia naciente comienza un tiempo nuevo, la tarea misionera y la espera del Espíritu Santo como nuestro guía y defensor” destacó D. Ginés.

misagente24mayocatedral2webestaD. Ginés quiso compartir con todos los fieles que seguían la celebración, -tanto en la Catedral como a través del canal diocesano de YouTube- la emoción que había sentido al poder volver a celebrar la eucaristía de manera presencial “pues la eucaristía es lo más grande que tenemos los cristianos”.

Después subrayando también la importancia de la fiesta de la Ascensión recordó a todos los presentes que su marcha a los cielos después de la resurrección y de las apariciones durante 40 días a sus discípulos deben ser un signo de esperanza para todos los cristianos “testimonio de que Cristo ha vencido a la muerte y que en Él también nosotros podemos vencer cada sufrimiento y cada muerte”.
Destacó además que Cristo prometió volver y “entre su partida a los cielos y su futuro regreso, ese tiempo intermedio, es el tiempo de la Iglesia y de su misión”.
“Cristo antes de su partida nos dijo: id a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, subrayó D. Ginés y continuó “éste es el tiempo de la misión, que cada uno en nuestra vida, en nuestra familia, con nuestros amigos, o en el trabajo hagamos presente al Señor y lo anunciemos”.
El prelado diocesano también quiso recordar el tiempo de sufrimiento que se ha vivido tanto en el seno de la Iglesia como fuera provocado por la enfermedad del Covid 19 y las muchas dudas y preguntas que han surgido y que han cuestionado nuestra fe.
“Muchos se han preguntado donde está Dios, donde ha estado cuando tanta gente enfermaba y moría. Y algunos han respondido con gran acierto. Dios no ha provocado esta pandemia pero ha estado en medio de los que sufren y mueren, saliendo a su encuentro y consolándolos” destacó D. Ginés.
Y añadió: “Dios está en su Palabra que se hace vida cada vez que la escuchamos, su Palabra que viene a iluminar con su amor cada acontecimiento; está en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía pero también en el perdón, en la reconciliación con los hermanos; está en la comunidad que reza unida en su nombre y sobre todo está en el pobre, en el hermano que sufre. Es ahí donde encontramos el rostro de Dios”.
“En Dios tenemos que encontrar nuestra fortaleza, y nuestra esperanza, en El todo lo podemos vencer” concluyó el obispo diocesano.
La celebración terminó con la oración a María, la Madre de nuestro Señor, ya que D. Ginés quiso encomendar a toda la Diócesis al cuidado de la Virgen de los Ángeles cuyas fiestas está celebrando la Diócesis estos días.