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El obispo de Getafe, D. Ginés García Beltrán, entregó el pasado domingo 20 de septiembre, las llaves de la Parroquia Sagrado Corazón (Alcorcón) a su nuevo párroco, el padre Ignacio María Manresa Lamarca. 

En la toma de posesión participaron también los nuevos vicarios que acompañarán a Manresa en el pastoreo de los fieles: Noriyasu Watanabe y Álvaro de Riba Soler, así como el arcipreste de Alcorcón, José Juan Lozano y otros sacerdotes de esta localidad.

Los tres pertenecen a la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón (www.hnssc.org), a quienes se encomienda el pastoreo de esta parroquia.

La celebración estuvo marcada por los simbólicos ritos propios del día, la participación activa de la comunidad parroquial, los cantos del coro y la fervorosa predicación de D. Ginés.

En la homilía el obispo insistió en la centralidad de Cristo en la vida de la Iglesia y, en concreto, en la vida de una parroquia: “una parroquia tiene vida si Cristo es el centro”. 

Asimismo, explicó cómo la evangelización no es para el cristiano una obligación, sino “una necesidad imperante que brota del encuentro y de la posesión de Cristo que, como dice san Pablo, es con mucho lo mejor”. 

Exhortó a los presentes a confiar más en Dios, a soltar riendas dejando que sea Él quien actúe en la vida de cada persona, advirtiendo del peligro de querer tenerlo todo atado y controlado.  

Explicó, por último, cómo en la bondad de Dios no entran las envidias, “pues ama infinitamente a cada uno de sus hijos para los que tiene un plan de salvación y de misericordia”.

Manresa también quiso dirigir unas palabras de gratitud a la asamblea que le escuchaba en la solemne ceremonia. Para el nuevo párroco era un día grande “y emotivo, tanto para él como para la Parroquia Sagrado Corazón, de Alcorcón, una comunidad viva gracias a la admirable obra realizada por Juan Carlos González Osorio, párroco constructor de esta parroquia y pastor de la misma durante 19 años”.

Y continuó: “demos gracias a Dios que cuida siempre de su Iglesia proveyéndola de nuevos pastores que apacienten su rebaño; de nuevos jornaleros para que trabajen en su viña”, solicitando oraciones a los fieles para continuar con su ministerio en Alcorcón: “pidamos por estos nuevos pastores, para que se dejen tocar cada vez más por el amor del corazón de Cristo y conduzcan a las almas que se les confían a las profundidades de este amor”.