ordenados2016

El obispo de Vitoria y responsable del área de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal, D. Juan Carlos Elizalde,  presidió el pasado domingo 27 de septiembre una eucaristía desde la capilla de la Ciudad-Escuela Muchachos (CEMU) de Leganés, con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.

Elizalde estuvo acompañado por el vicario episcopal de Pastoral Caritativa y Social de la Diócesis de Getafe, Aurelio Carrasquilla y el delegado diocesano de Migraciones, Fernando Redondo, así como por varios inmigrantes que llegaron desde distintas parroquias del territorio diocesano.

La celebración, en la que también estuvieron presentes la directora del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal, Mari Fran Sánchez y su predecesor, el sacerdote José Luis Pinilla, comenzó con una breve introducción del delegado de esta área en la Diócesis de Getafe, Fernando Redondo.

El presbítero centró la jornada recordando que el lema de este año -Como Jesucristo, obligados a huir- “nos invita a fijar la mirada en los desplazados internos”.

“Hay muchas personas en nuestro país que necesitan huir del sometimiento y la violencia, como las víctimas de trata con fines de explotación sexual; huir de la precariedad laboral, como el colectivo de empleadas del hogar o los temporeros agrícolas; huir de la intemperie, del olvido, como los menores migrantes o los solicitantes de asilo. Nuestra fe, nos lleva a ver que Jesús está presente en cada uno de ellos, obligados a huir para salvarse, para recuperar la dignidad que les ha sido arrebatada” recordó Fernando.

Y concluyó “celebremos esta eucaristía sintiendo que tras la huida de tantos, nosotros desplegamos la mesa de la acogida, del compartir, de sanar heridas, escuchando las palabras de Jesús que nos dice: "Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré"" .

El prelado de Vitoria comenzó su homilía recordando el desastre humanitario en el campo de refugiados de Moria y subrayó que: “La compasión es ahora más vital que nunca”.

Y en referencia al lema de la Jornada “Como Jesucristo, obligados a huir" explicó que el santo Padre ha querido dedicarla en esta ocasión a reflexionar sobre el drama de los desplazados internos: “No todas las personas que corren peligro en sus casas abandonan su país. La gran mayoría opta por trasladarse a otra región más segura, ya sea porque la violencia no se ha extendido hacia esa parte, porque no tienen recursos o porque no se les permite cruzar las fronteras. Esas personas se conocen como desplazados internos”.

“El papa Francisco ha decidido dedicar esta Jornada y este año al drama de los desplazados internos, un drama a menudo invisible, que la crisis mundial causada por la pandemia de la Covid-19 ha agravado. La Iglesia española quiere secundar las directrices del pontífice como directrices generales, porque en nuestro país no existen propiamente desplazados internos. ¿Pero no son desplazados internos las víctimas de trata que en nuestro país se desplazan huyendo de las mafias? ¿No son desplazados internos quienes por las consecuencias económicas de la pandemia han tenido que cambiar de provincia, ciudad, barrio o casa? Y quienes han quedado al margen del sistema, engrosando el colectivo de pobreza severa ¿no son desplazados internos? ¿Cómo llamamos a los que han seguido llegando a nuestra patria en estos días terribles de la crisis sanitaria y deambulan de lugar en lugar? ¿No es deber nuestro darles visibilidad?” explicó D. Juan Carlos.

Y continuó: “En cada eucaristía Jesús nos pregunta como a los Zebedeo: ¿podéis beber el cáliz que yo voy a beber? Es decir, ¿podéis sostener la copa de la vida en vuestras manos? ¿Podéis pasar por lo que yo voy a pasar? ¿Podéis tragar lo que yo voy a tragar? Esto exige tres gestos: mantener firmemente el cáliz, levantarlo y beberlo”.

Mons. Elizalde insistió en que como cristianos estamos llamados a encontrarnos con el otro y  reconocer en él al mismo Cristo. Para acercarnos a los refugiados e inmigrantes es importante conocer sus historias, comprenderlos: “Estos tres movimientos suponen la comunión con Jesús en la eucaristía: Tomar el cáliz es aceptar, conocer la realidad y asumirla con madurez.. Hoy asumimos con lucidez el terrible dolor de migrantes y refugiados (…)”.

Y a imitación de Cristo “estamos llamados a compartir nuestra vida y a entregarla por el hermano que sufre. Estamos llamados a servir” señaló el prelado.

El obispo quiso insistir en la solución de futuro destacando la importancia de compartir y colaborar: “Para crecer hay que compartir (…) Tenemos que aprender a compartir para crecer juntos, sin dejar fuera a nadie. (…) Es indispensable colaborar para construir. Esto es lo que el apóstol san Pablo recomienda a la comunidad de Corinto: «Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, a que digáis todos lo mismo y que no haya divisiones entre vosotros. Estad bien unidos con un mismo pensar y un mismo sentir» (1 Co 1,10). La construcción del Reino de Dios es un compromiso común de todos los cristianos y por eso se requiere que aprendamos a colaborar, sin dejarnos tentar por los celos, las discordias y las divisiones”.

“El papa Francisco insiste en la importancia de abordar las causas de las migraciones en origen, para que se garantice el derecho a no migrar: ‘Considero oportuno iniciar más estudios para abordar las causas remotas de la migración forzada, con el objetivo de identificar soluciones prácticas, aunque a largo plazo, porque primero se debe asegurar a las personas el derecho a no ser obligadas a emigrar’” continuó el prelado.

Y subrayó que “hemos comprobado con dolor que las fronteras de Europa y nuestras propias fronteras están siendo afectadas por muchas medidas que impiden la necesaria solidaridad, hospitalidad y acogida con estos hermanos tan heridos y vulnerables. Urge buscar condiciones alternativas y creativas para asegurar la vida y la dignidad humana de los emigrantes y refugiados tanto ahora como en el futuro”.

Y concluyó: “Por ello, anclando nuestra voz en el Evangelio, a la vez que agradecemos la labor de tanta gente de Iglesia y de la sociedad civil en estos tiempos tan recios,  pedimos y apelamos a los más nobles sentimientos de todas las personas de buena voluntad. Y así desplegar la mayor solidaridad y amor posible”.

Se puede ver la misa en el siguiente enlace:

https://www.rtve.es/alacarta/videos/dia-del-senor/