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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió la ceremonia de toma de posesión del sacerdote Domingo Linares Gil como párroco en San Fortunato (Leganés) el pasado domingo 4 de octubre.

Estuvo acompañado del vicario episcopal de Apostolado Seglar, Jaime Bertodano, del arcipreste de Leganés, Cruz Gonzalo López Palomo, del nuevo vicario parroquial que también tomaba posesión de su nuevo cargo, Javier Dorante, de sacerdotes y religiosos, de familiares y amigos del nuevo párroco y de algunos fieles de la comunidad parroquial.

La celebración se realizó teniendo en cuenta la nueva reducción a un tercio de aforo aplicada a los templos de Leganés, y con el uso obligatorio de las mascarillas y gel desinfectante.

En una ceremonia cargada de simbolismo D. Ginés comenzó su homilía con un reconocimiento a la labor desempeñada por los presbíteros y párrocos que ejercieron anteriormente el pastoreo de las almas de esta comunidad como Vicente Rico y Fernando Redondo, de quienes reconoció su valía y esfuerzo evangelizador.

También tuvo palabras de cariño para la madre de Domingo Linares “que seguro que se alegra tanto como yo de que su hijo esté aquí nuevamente”.

En su predicación el prelado diocesano quiso resaltar la importancia que tiene una parroquia “y más en este tiempo de sufrimiento y de pandemia” como lugar de acogida y de encuentro, donde está Cristo.

“La Iglesia ha hecho presente a Cristo en todos los lugares, en medio de la enfermedad y del sufrimiento, a través de sus capellanes –como Francisco Arias, que además es Delegado de Pastoral de la Salud y se encuentra entre nosotros- en hospitales, en tanatorios y cementerios”, recordó D. Ginés.

Y continuó “el bien que hace la Iglesia está en el medio de su corazón, pero lo más importante que la Iglesia da, es al Señor: la Eucaristía, la Palabra, a los hermanos y el don de la caridad”.

García Beltrán pidió a los fieles que acogieran a Domingo, el nuevo párroco, como al mismo Cristo, y se uniera a él con un mismo corazón.

Recordando a San Juan XXIII, el prelado diocesano recordó que “una parroquia es como la fuente de la aldea donde todo el mundo va a beber” y manifestó que “ojalá todos los que se acerquen a esta parroquia encuentren a Dios en medio de vosotros, y sea un hogar para ellos”.

Y parafraseando a San Juan Pablo II en Christifideles Laici hizo una llamada a la evangelización “la parroquia también es la Iglesia que vive en la casa de sus hijos y de sus hijas” y “como también dice el papa Francisco, debemos ser Iglesia en salida”.

Al finalizar la ceremonia el nuevo párroco, Domingo Linares también quiso agradecer a todos los presentes –y sobre todo al obispo-  su acogida, su cariño, su confianza y también pidió paciencia “pues no es fácil incorporarse a la vida de la parroquia después de tantos años en misión y hacerlo en estas circunstancias especiales marcadas por la pandemia”.