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El obispo D. Ginés García Beltrán presidió la ordenación de presbíteros de Daniel González, Juan Luis Luengo, Víctor Marmolejo, Mateusz Tabaka, y el asuncionista Benjamín Manzanza, el lunes 12 de octubre -fiesta de la Virgen del Pilar y 29 aniversario de la Diócesis de Getafe- en la Basílica del Sagrado Corazón, en el Cerro de los Ángeles.

En la misma celebración Alfonso Chico y Fernando Segura han sido ordenados diáconos, un ministerio que les consagra al servicio de Cristo y de su pueblo.

El prelado diocesano estuvo acompañado por el obispo auxiliar, D. José Rico Pavés; el emérito, D. Joaquín María López de Andújar; el vicario general, D. José María Avendaño; el vicario general moderado de Curia, Javier Mairata; el canciller secretario, Francisco Armenteros; los vicarios episcopales; el rector del Seminario Mayor y del Menor, más de un centenar de sacerdotes y los seminaristas que quisieron acompañar a los ordenandos en “este día de fiesta para la Iglesia”, como señaló D. Ginés al comienzo de su homilía.

García Beltrán se dirigió a los futuros sacerdotes y diáconos, y a toda la asamblea con palabras de cariño y acogida y sobre todo de agradecimiento a Dios: “que nos sigue bendiciendo con nuevas vocaciones para su gloria y el servicio de la Iglesia”.

También quiso recordar el momento especial que la sociedad está viviendo debido a la pandemia: “Para vosotros, queridos ordenandos, esta realidad es una llamada especialísima del Señor, una llamada dentro de la llamada. Seréis los sacerdotes y los diáconos que comenzáis vuestro ministerio en un mundo desconcertado y sorprendido en su propia vulnerabilidad”, añadiendo palabras de ánimo: “pero esto no puede ser una excusa, todo lo contrario, debe ser un impulso apostólico y misionero para llevar la esperanza y la alegría del Evangelio a todos”.

ordenandoswebEn cuanto a la Palabra proclamada D. Ginés señaló que “el relato de la vocación del profeta Jeremías nos recuerda siempre el misterio de la vocación. Nos habla del proyecto eterno de Dios sobre cada uno de nosotros y la grandeza de la misión a la que somos llamados (…). La misión consiste en arrancar del corazón humano y del corazón del mundo todo aquello que va contra el proyecto de salvación de Dios, acabar con el odio, con la injusticia, con la división y el individualismo, demoler el edificio de un mundo construido sobre el mal y el pecado, y hacerlo con el bien, con el amor de Dios que hace caer el muro del odio que nos separa”.

 En referencia a la lectura de San Pablo, el obispo subrayó que “el sacerdocio ministerial como el diaconado es pura gracia. Es un don precioso que recogemos en la vasija de barro que es nuestra vida. No hemos sido escogidos por ser los mejores sino por la misericordia de Dios” y continuó “después de la llamada a ejercer el ministerio de la Palabra, la celebración de los misterios de Cristo y la oración por el pueblo, el Obispo pregunta: “¿Queréis uniros cada día más a Cristo, sumo sacerdote, que por nosotros se ofreció al Padre como víctima santa, y con él consagraros a Dios, para la salvación de los hombres?

En estas palabras está contenida la esencia más profunda de nuestro sacerdocio, queridos hijos. Solo la unión, cada día mayor, con Cristo puede dar consistencia y sentido a nuestro sacerdocio, al don que hoy recibís. No hay nada más importante, y, por tanto, nada que se le pueda anteponer que la unión con Cristo”.

García Beltrán quiso recordar a los ordenandos su llamada a la entrega total siguiendo a Cristo: “nuestro sacerdocio es configuración con Cristo, es perdernos en su Corazón, dejarlo que reine en mí y por mi vida que reine en los demás. Configurarnos con Cristo es tener sus mismos sentimientos y realizar en mí el don de su entrega. Él se entregó como víctima santa para la salvación de los hombres. ¿Qué debemos hacer nosotros? Pues con Él y por Él entregarnos también nosotros como víctimas por la salvación de los hombres, sin cálculos ni medida, con confianza y abandono”.

ordenaciones2020En cuanto al Evangelio de San Juan, el obispo quiso remarcar que Cristo tiene corazón de pastor: “el pastor conoce a las ovejas. Conocer a las ovejas que el Señor os encomienda es tarea principal de vuestro ministerio; y conocer no es solo saber quiénes son, sino conocerlas interiormente para guiarlas, para alimentarlas con buenos pastos, para corregirlas. El pastor pastorea con fortaleza y suavidad, con delicadeza y dedicación” invitándoles a buscar a la oveja perdida “nuestro corazón ha de abarcar a todos” y sobre todo a tener en su corazón “un lugar privilegiado para los pobres”.

“La Iglesia no tiene soluciones generales que proponer, pero ofrece, con la gracia de Cristo, su testimonio y sus gestos de compartir. También se siente en la obligación de presentar las exigencias de los que no tienen lo necesario para vivir” subrayó D. Ginés.

Después de la homilía la celebración continuó con los ritos de ordenación: promesa de los elegidos, letanías de los santos, la imposición de manos y la plegaria, la unción de las manos, la entrega del pan y del vino, y la liturgia eucarística.

Al final de la ceremonia, antes de hacer la invocación a la Virgen e impartir la bendición, D. Ginés felicitó a los cinco nuevos presbíteros y a los dos diáconos “que el Señor os bendiga y deis frutos abundantes”.

 Y también a sus familiares y a “los hermanos obispos”, sobre todo a D. Joaquín, el obispo emérito “tú sembraste y otros cosechamos”.

Felicitó “al presbiterio que se ve enriquecido con esta sabía nueva motivo de esperanza para nosotros; al seminario, al rector, a los formadores y directores espirituales, a los de ahora y los de antes”.

El obispo tuvo unas palabras también de agradecimiento a la labor y esfuerzo del coro diocesano y de su director Javier Ávila “por ayudarnos esta tarde a rezar”.

 Y además: “a los religiosos agustinos asuncionistas que han visto enriquecida su congregación con la ordenación de Benjamín y por su colaboración en Leganés, en la Parroquia Santa Teresita de Jesús.

Y a todos vosotros los que estáis aquí y nos seguís a través de los medios de comunicación y a los que habéis hecho posible esta celebración” subrayó el prelado.

García Beltrán continuó informando de los destinos de los nuevos ordenados.

“Tenemos que alegrarnos porque estos nuevos sacerdotes y diáconos van a ir a sembrar el Evangelio. El padre Benjamín, va a ir de vicario parroquial a Santa Teresita del Niño Jesús, en Leganés, que administran los padres asuncionistas.

Mateo será vicario parroquial en la Parroquia San Sebastián, en Getafe; Víctor, será el vicario de Nuestra Señora de Zarzaquemada; Juan Luis está destinado en Brunete y Daniel en San Esteban Protomártir de Fuenlabrada.

El diácono Alfonso colaborará en la Parroquia Santa María la Blanca en Alcorcón y Fernando en Arroyomolinos” continuó el obispo.

D. Ginés concluyó con palabras de ánimo para los seminaristas presentes “a seguir poniendo ahínco en ratificar la vocación a la que habéis sido llamados” y felicitando a toda la Diócesis de Getafe  “porque una ordenación es un motivo de esperanza y alegría y para dar gracias a Dios”.

La ceremonia se celebró siguiendo en todo momento las restricciones de aforo marcadas por Sanidad para los templos del municipio de Getafe, así como respetando la distancia de seguridad y el uso obligatorio de mascarillas y de gel desinfectante.

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Ver la celebración completa: WWW.YOUTUBE.COM/GETAFEDIOCESIS.