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El sacerdote  Juan Miguel Rodríguez Balmaceda tomó posesión como nuevo párroco de San José (Fuenlabrada) el pasado domingo 25 de octubre, en la misa que presidió el obispo auxiliar de Getafe, D. José Rico Pavés.

La parroquia se volcó para recibir a su nuevo párroco, completando el aforo máximo permitido en tiempos de pandemia. Juan Miguel conoce bien a la comunidad, pues ya estuvo ejerciendo durante dos años como vicario parroquial, con un paréntesis de un año hasta su vuelta ahora al templo fuenlabreño.

El sacerdote estuvo arropado por varios hermanos presbíteros. Además del obispo, le acompañaron en esta toma de posesión el vicario general, José María Avendaño; el arcipreste de Fuenlabrada, Alfonso Fernández Cupeiro; sus homólogos en Leganés y San Martín de Valdeiglesias, Cruz Gonzalo y Laureano Arrogante respectivamente; el párroco de San Juan Bautista (Fuenlabrada),  Tomasso Pedroli y el vicario parroquial, Herminio Majeda.

D. José aprovechó la presencia de todos ellos para resaltar en su homilía la importancia de la hermandad entre los sacerdotes, como puntos de apoyo entre todos ellos, y “en plena comunión con el obispo”. 

Al nuevo párroco, le invitó a seguir el ejemplo paternal de San José, del mismo modo en el que cuidaba de Jesús y María: “silente, pero caritativo y atento a las necesidades de todos”.

Después de recibir las llaves de la parroquia y de todos los lugares del templo, Juan Miguel agradeció a todos los presentes y fieles la acogida, especialmente al grupo de catequistas y a la comunidad del Camino Neocatecumenal. A todos ellos, junto al padre Herminio, les pidió humildemente “que tengan paciencia” con él en el desempeño de su ministerio. También tuvo palabras de agradecimiento y emoción para su predecesor como párroco de San José, José María Mazarío.

El colofón de la celebración fue el envío de todos los catequistas de la parroquia, a los que se les impuso un crucifijo y entregó una estampa con el ‘Cristo del Expolio’ de la Catedral de Toledo, con la invitación de cruzar “la puerta de la fe” para anunciar con fuerza y fidelidad la Palabra de Dios.