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El periodista y director editorial de la cadena Cope, José Luis Restán, presentó la nueva Encíclica del papa Francisco 'Fratelli tutti' el  pasado jueves 26 de noviembre, en la mostoleña Parroquia Nuestra Señora de la Asunción.

El acto, organizado por la Asociación Cultural Miguel Mañana de Leca, fue moderado por el nuevo delegado de apostolado seglar José Fernández Crespo.

Restán situó esta encíclica social en el marco del magisterio del papa Francisco que ha realizado en su pontificado numerosas intervenciones y mensajes. Francisco como papa tiene sus acentos propios y respuestas originales a las nuevas situaciones planteadas en este cambio de época, pero “dentro una clara continuidad con el magisterio social de sus predecesores, especialmente de Benedicto XVI y San Juan Pablo II”.

El periodista señaló que, en este documento dirigido a todos los hombres, el Papa quiere hacernos conscientes de que estamos en un “mundo fracturado y en crisis” en el que se encuentra “destruido el fundamento ético de la vida social”. Nos encontramos ante una “crisis antropológica de concepción de lo que es el ser humano”, y un momento de la historia de profunda divergencia y polarización, según comentaba el periodista de Cope.

“Evocando el audaz encuentro de San Francisco de Asís con el sultán de Egipto, Francisco ha querido proponer una fraternidad social que nace no del buenismo ingenuo sino del Evangelio. Él mismo subraya la importancia para la realización de esta encíclica del diálogo que tuvo personalmente con Ahmed Al Tayeb, la autoridad más reconocida en el islam suní” explicó Restán.

Francisco hace una crítica al individualismo radical, que según Restán, el papa pide superar de dos formas. En primer lugar a través de la memoria, porque el hombre tiene un recorrido, una experiencia, un flujo que corre de generación a generación. Y, en segundo lugar, a través de la pertenencia, porque el hombre solo sin vínculos es un ser especialmente vulnerable” explicó Restán.

Respondiendo a las preguntas planteadas por el moderador, Restán destacó otros temas nucleares tratados en la encíclica como las redes sociales, “que nos hacen estar conectados pero no comunicados”; la inmigración ante la que se cambia de opinión cuando se tiene el rostro delante de las historias sufridas; las “fake news” y la necesidad imperiosa de la verdad porque “sin verdad, no es posible establecer algo sólido en la vida”. Citando a María Zambrano afirmó Restán que “la verdad es el alimento de la vida”.

Con esta encíclica el Papa nos invita a soñar un mundo nuevo posible a través de un camino en el que recuperar la cultura del encuentro, de modo que podamos “reconocer la parte de verdad, por pequeña que sea, que hay en todos aquellos que encontramos” para llegar a una verdadera fraternidad y amistad social. “El papa -concluía Restán- nos invita a ello desde una construcción artesanal, que requiere de la gracia y de la propia libertad”.