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El Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la Diócesis de Getafe, celebró el pasado sábado 19 de diciembre la Ultreya diocesana de Navidad, en la Parroquia San Millán (Moraleja de Enmedio).

El encuentro comenzó con una eucaristía presidida por el sacerdote Yago Fernández, consiliario del movimiento, quien introdujo a los asistentes en el tiempo del Adviento haciendo una llamada a la esperanza.

A continuación varios integrantes del movimiento compartieron sus experiencias y vivencias en el tiempo de pandemia junto a la charla de Stella Maris Gil, miembro de la Ultreya de Leganés que hizo de maestra de ceremonias.

El primer testimonio corrió a cargo Adela Delgado, miembro de la Ultreya de Leganés, coordinadora del Cursillo 116 de la Diócesis, el primero celebrado bajo las condiciones de pandemia.

Ella compartió cómo a pesar de todo, pudieron vivir ese especial ambiente de amor fraterno que el Espíritu Santo suscita en los participantes de un cursillo señalando que “nuestro Señor hizo de las suyas y pudimos ver los frutos en la clausura”.

A continuación intervino  Diego José Zapatero, de la Ultreya de Villanueva de la Cañada, quien contó cómo ha vivido y sigue viviendo su fe en estas especiales circunstancias.

Y finalmente, Antonio Godino, responsable de la Ultreya de Arroyomolinos-Moraleja, habló de la historia que está detrás del prodigio eucarístico de Moraleja: unas formas consagradas justo antes del inicio de la Guerra Civil española, que tras más de 80 años siguen incorruptas. 

Durante su charla, que por momentos se entrecortaba por la emoción de lo que estaba contando, los asistentes pudieron apreciar el amor que siente por Jesús sacramentado.

Debido a la pandemia y por motivos de seguridad, en esta ocasión no hubo concurso de villancicos ni juegos ni representaciones teatrales, ni tampoco el ágape que en otras ocasiones pone punto final al encuentro.