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Las Misioneras Cruzadas de la Iglesia de Cubas de la Sagra se unieron a la celebración de la fiesta de su fundadora, santa Nazaria Ignacia, en la eucaristía solemne que tuvo lugar en la Casa General que tiene esta Congregación en Carabanchel (Madrid).

La capilla, bellamente adornada con un relieve de Pentecostés, acogió a una representación de la gran familia que ella dejó: misioneras, laicos y sacerdotes que comparten un mismo carisma y gracias a la conexión virtual, pudieron participar en la eucaristía más de 1200 personas de los cuatro continentes. 

La misa estuvo presidida por el sacerdote Julián Nicolás -antiguo párroco de Nuestra Señora de Fátima (Getafe)- y concelebrada por el vicario episcopal de Pastoral Caritativa y Social, Aurelio Carrasquilla y el párroco de San Francisco de Sales (Parla), Luis Ángel Albares.

En la homilía se recordaron el carisma y las virtudes de santa Nazaria “que como la levadura del Evangelio, se ha extendido a lo largo del tiempo y a lo ancho del mundo. Y lo que ella comenzó, se ha multiplicado en obras creativas y nuevas que prolongan la respuesta al Evangelio”. 

Nicolás destacó también su trabajo en favor del reconocimiento de la igualdad de la mujer explicando que, en la actualidad, se está proponiendo como patrona de la dignidad de la mujer sobre todo en Argentina y en América.

La hermana Carmen Pérez, religiosa de la Casa de Espiritualidad María Reina de los Apóstoles, de Cubas de la Sagra, ha querido señalar la gran participación en esta fiesta especial en honor de la fundadora y cómo sus hijas continúan la herencia de su carisma evangelizador.

“La madre Nazaria Ignacia soñaba con extender su cruzada de amor y servicio a los pobres por todo el mundo. Soñaba con una gran familia, de hombres y mujeres, de toda raza y lengua, que se uniera a esta utopía. Hoy por hoy, este carisma innovador se ve realizado porque, no sólo ha traspasado fronteras, sino que sigue dando respuesta a las necesidades actuales, invitando a que en el seguimiento de Cristo, caminemos adelante, siempre adelante”, señala la hermana Carmen.

“Desde pequeña, sintió la llamada de Jesús y desde Madrid emigró con su familia a México, donde ingresó con las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Fue destinada a Oruro, Bolivia, lugar en el cual se dio cuenta de la necesidad de evangelización y de respuesta a la precaria situación social. Percibiendo en estos requerimientos la voluntad de Dios, sale de las Hermanitas para fundar las Misioneras Cruzadas de la Iglesia” continúa esta religiosa. 

“La Madre Nazaria abrió comedores sociales, trabajó incansablemente por la promoción de la mujer y la educación de los niños. Su preferencia fueron siempre los más pobres... ellos eran su herencia. Su anhelo por la justicia social era fruto de la experiencia profunda del reinado de Jesucristo realizado en el presente” explicó esta misionera.