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Los fieles de la Parroquia Santo Domingo de Silos (Pinto) han vivido unas fiestas en honor del santísimo Cristo del Calvario especialmente emotivas, ya que durante cuatro años la imagen no pudo entrar en el templo por encontrarse éste en plena restauración.

Los actos en honor del Cristo comenzaron el 22 de mayo, coincidiendo con la víspera de la festividad de Pentecostés y duraron hasta el 30, terminando con el domingo de la Santísima Trinidad. 

El primer día tuvo lugar la exaltación y el pregón al Cristo del Calvario, acto que se celebró en la Ermita y del que se encargó la cantante y actriz pinteña Ana Isabel Sevilla. 

Al día siguiente domingo 23, festividad de Pentecostés, la imagen del Cristo pudo entrar por fin, en la Parroquia Santo Domingo de Silos,  que había permanecido cerrada durante cuatro años para su restauración completa. 

Allí presidió el sacerdote Eliert Jerez una emotiva eucaristía ante unos fieles profundamente emocionados.

“Para mí fue uno de los actos más emotivos. Todos rezamos unidos ante el Cristo, y sobre todo las personas mayores que le daban gracias por su cuidado en la pandemia” recuerda el hermano mayor de la Hermandad del Cristo, y padre del sacerdote, Javier Jerez.

Con esa celebración se inició el septenario que duraría hasta el sábado 29 de mayo, presidido por diferentes sacerdotes de la Diócesis de Getafe. El jueves 27 y viernes 28 de mayo, los fieles pudieron llevar sus flores y alimentos a los pies del Cristo, demostrando una vez más la devoción y la generosidad del pueblo pinteño.

El 29 de mayo, víspera de la fiesta de la santísima Trinidad, se celebró una misa en la que se impusieron los escapularios a once nuevos hermanos y hermanas, que ya han pasado a formar parte de la Hermandad del Cristo.

 

El domingo 30 de mayo por la mañana se celebró la solemne eucaristía de la Santísima Trinidad en honor del Cristo del Calvario, presidida por el párroco Carlos Díaz Azarola, consiliario de la Hermandad, quien en su homilía también mostró su contento por la apertura del templo y por poder ver allí la imagen del Cristo acompañado de tanta gente.

 

Por la tarde la imagen del Cristo fue trasladado hasta su Ermita visitando en el camino a las religiosas carmelitas, un momento lleno también de emotividad y de oración, con el que concluían las fiestas en su honor.

 

“En estos días el Cristo ha podido encontrarse con niños y mayores, con su fe, sus miradas y sus sonrisas de alegría” manifiestó Javier Jerez.