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El obispo diocesano, D. Ginés García Beltrán, presidió el pasado domingo 6 de junio la celebración solemne del Corpus Christi en la Catedral Santa María Magdalena, en Getafe.

El prelado estuvo acompañado en el altar por el clero catedralicio, el rector del Seminario Mayor, Jesús Parra, y una decena de sacerdotes de la localidad. También estuvo presente el coro del Seminario que con sus voces contribuyeron a la solemnidad del acto.

También asistieron, como es tradición, los niños y niñas que este año han recibido su Primera Comunión, para quienes el obispo tuvo palabras de cariño y acogida, al comienzo de su homilía.

“El Señor os ha hecho un regalo precioso, se ha dado a sí mismo para ser vuestro amigo. Ojalá que la amistad que el Señor os ha dado en su Cuerpo y su Sangre sea correspondida por vosotros” les dijo el prelado.

Luego, dirigiéndose a toda la asamblea del pueblo de Dios, D. Ginés señaló: “la fiesta del Corpus es el gran regalo del Señor a la Iglesia, al mundo, a  nosotros. Es el don de su presencia en la forma más sencilla, el pan que es signo de lo que necesitamos para vivir y el vino que es señal de vida, de ilusión, de entusiasmo”.

En referencia a las lecturas proclamadas y en concreto al Evangelio de San Marcos sobre la última cena el obispo explicó que “lo que nosotros vemos, el pan  y el vino, aceptamos por la fe, que es el Cuerpo y la Sangre de Cristo”.

“Cada vez que celebramos la Eucaristía, el altar se convierte en un nuevo calvario y el Señor se hace sustancialmente presente. En cada santa misa actualizamos cada día el Misterio de lo que ocurrió en el Calvario” continuó.

D. Ginés quiso insistir en la importancia que para el cristiano tiene participar de la Eucaristía que “da identidad y fortaleza a la vida cristiana” y añadió: “por la Eucaristía el alma se nos llena de gracia y se nos da el don de la prenda futura, un anticipo del cielo en la tierra”.

El obispo recordó después que también se celebraba ese domingo el día de la Caridad “que brota de la Eucaristía” y que, en este tiempo de pandemia, “se hace especialmente urgente y necesaria”.

García Beltrán se mostró muy agradecido por la generosidad que ha demostrado la gente en esta época de enfermedad “pues donde se han triplicado las necesidades también ha llegado por triplicado la ayuda”.

“Ha habido un desbordamiento de la caridad que el Señor pagará a cada uno” destacó para concluir el prelado, siempre, “con la mirada puesta en la Virgen María y con el agradecimiento del don de su presencia en la Eucaristía”.

Después la misa prosiguió con las preces y con la colecta destinada a Cáritas y a paliar las necesidades del pueblo getafense.

Al término de la misa, el obispo salió al exterior del templo donde procedió a impartir la bendición con el Santísimo en la Custodia ante un fervoroso pueblo y donde declaró que esperaba que cuando finalice la pandemia se pueda volver a realizar la tradicional procesión del Corpus por las calles de la localidad.