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Javier Balbín, joven pinteño de 22 años, entró a formar parte del Catecumenado de los Cruzados de Santa María en una emotiva ceremonia celebrada en el tercer Monasterio de la Visitación de Santa María (Madrid) el pasado domingo 30 de mayo. 

En la ceremonia Balbín manifestó su petición de consagrarse a Dios, expresó su deseo a la Iglesia de entrar a formar parte del catecumenado de los Cruzados y se le hizo entrega de las reglas del mismo. 

Inicia ahora un periodo de vida en comunidad que le ayudará en el discernimiento, formación y oración durante un periodo de entre tres y cinco años antes de realizar los primeros votos temporales. 

Los Cruzados de Santa María son laicos consagrados que viven en comunidad pero desarrollan su profesión en el mundo, viviendo a imitación de Cristo en castidad, pobreza y obediencia. 

Cuenta Balbín que se siente muy afortunado porque ha experimentado que Dios existe y que le ama profundamente y manifiesta emocionado: "Así soy feliz, sentí que este paso era a lo que Dios me llamaba".

Al relatar la historia de su encuentro con Dios y su llamada vocacional, Javier recuerda sus años de juventud "un poco loco y perdido. En búsqueda de experiencias bastante destructivas. A veces no era capaz ni de mirarme al espejo".

Pero la Virgen salió a su encuentro a través de personas como Javier Segura -miembro de los Cruzados de Santa María-, y de muchos acontecimientos que le acercaban a la Iglesia y le pedían conversión: varias peregrinaciones, experiencias misioneras, tiempo con la comunidad de los Cruzados y Ejercicios Espirituales.

Poco a poco se dio cuenta de que el Señor le estaba pidiendo un cambio de vida.

"El cambio no ha sido fácil, las tentaciones de volver a lo pasado resurgen a veces, pero Dios me ha llamado y hay que dejarle hacer" destaca, añadiendo que "el Señor no me llama a mí solo, llama a todo el mundo, y a cada uno para una misión distinta y concreta".

Este joven que termina Magisterio de Educación Infantil y se está preparando una oposición, declara que su vocación "es un regalo y ahora siento mucha paz -que antes no tenía- y mucha alegría".